El pianista ruso Andrey Yaroshinsky se alzó ayer con el primer galardón en el XVII Concurso Internacional de Piano de Valencia Premio Iturbi, que tuvo lugar el Palacio de Congresos de la capital del Turia. Yaroshinsky se batió así ante cinco competidores más de la final y que a lo largo de trece días han actuado en el coliseo valenciano.

El segundo puesto fue a parar a manos la pianista Arta Arnicane, de Letonia. El tercer galardón, fue para Alexey Lebedev (Rusia).

Además, participaron como finalistas Zheeyoung Moon, de Corea; Giulio Biddau, de Italia; Christian Chamorel, de Suiza, y Alexey Lebedeb, de Rusia.

Por su parte, los tres finalistas, que llegaron a la Final B, tuvieron que pechar con los innumerables desajustes y desequilibrios seguramente propiciados en buena medida por los pocos ensayos (si es que vale el plural) que debieron de realizar con la orquesta. Tal vez sea un gaje inevitable, pero desde luego todos los esfuerzos que se hayan hecho por paliarlo han resultado insuficientes.

El más perjudicado fue el ruso Alexey Lebedev (1980), en buena medida por haber escogido el Primero de Brahms, paradigma de concierto en que menos sentido tiene diferenciar entre solista y acompañamiento. Aun así, no se aprovecharon los varios pasajes que contiene en los que el piano puede al menos dar indicios de lo que cabría haber hecho con él en otras circunstancias: superado a trancas y barrancas el primer movimiento, el segundo aburrió y en el tercero el più animato no fue sino la última prueba de la dificultad para cuadrar el paso que planteaba a esta versión cualquier cambio de tempo.

En el final del allegro inicial del Primero de Chaikovski, la orquesta llegó a rozar la catástrofe, pero ahí el también ruso Andrey Yaroshinsky (1986) ya había conseguido abrirse resquicios lo bastante amplios como para que se le apreciaran dedos fuertes aunque asimismo capaces de producir un color perlado, así en la cadencia. Gustó aún más la brillante desenvoltura con que negoció los revoloteos en la sección central del andantino, pero en el final se hizo demasiado evidente que el afán de espectacularidad iba muy por delante de la seguridad técnica con que podía servirlo.

En la misma obra, la letona Arta Arnicane (1982) se benefició sin duda del ensayo extra que acababa de hacer la orquesta. Sea como fuera, demostró pareja potencia, quizá timbre algo más seco y algunos problemillas más con la métrica, pero con la misma claridad una superior musicalidad para dar toda su holgura a la introducción del primer movimiento, tender un mar sonoro con la mano izquierda en el inicio de su cadencia, dotar de una interesante prosodia impresionista a ciertas partes de las secciones externas del andantino y mantener bajo control los fuegos de artificio del final.

Un total de 31 pianistas procedentes de todo el mundo fueron seleccionados para participar en el XVIIConcurso Internacional de Piano de Valencia Premio Iturbi 2010 de la Diputación de Valencia durante cuatro pruebas eliminatorias (primera y segunda prueba, semifinal y final). Han actuado concursantes procedentes de Argentina, Venezuela, Italia, Brasil, Suiza, Taiwán, Rusia, Nueva Zelanda, Corea, China, Letonia y España, entre otros países.