El tractor de los 'Sabateta' se convierte en un monumento a la vida rural en Ontinyent

La ciudad rinde homenaje a los inseparables hermanos agricultores un año y medio después de la muerte del mayor de la dupla en un accidente con la mula mecánica

Homenaje a los hermanos 'Sabateta' en Ontinyent

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

La icónica imagen de los hermanos "Sabateta" a bordo de una mula mecánica formó parte indisoluble del paisaje del barrio ontinyentí del Llombo durante muchos años. Vicent y Pepe Gironés, ambos agricultores, se habían erigido en todo un símbolo de resistencia por su fidelidad a una forma de vida rural a la que el desarrollo de la ciudad fue dando la espalda a medida que avanzaba la industrialización.

En 2023, un fatal accidente con el tractor segó la vida del mayor de los hermanos, rompiendo la inseparable dupla, muy conocida y apreciada en la localidad. Pero el recuerdo de los "Sabateta" va a permanecer para siempre instalado en la memoria colectiva de la capital de la Vall d'Albaida gracias a una iniciativa promovida por los creadores del proyecto Ontinyent Rural, dedicado a la recuperación de historias de vida pasadas que forjaron la identidad de todo un pueblo.

El tractor que a diario utilizaban los hermanos, trabajadores incansables del campo, va a transformarse en un monumento erigido en recuerdo de sus propietarios que se instalará en la rotonda del Salt del Bou. El emblemático vehículo ha sido cedido por la familia y, posteriormente, acondicionado con la participación del Ayuntamiento de Ontinyent, el diseño de Gonzalo Moya y la ejecución del herrero Vicent Quartero, encargado de materializar el proyecto. Al tractor se le han añadido algunos elementos para contextualizarlo de cara a los transeúntes que atraviesen este enclave, que ya era popularmente conocido como la "rotonda de los Sabateta" por ser una zona por donde solía verse pasar a los agricultores.

La regidora de Sostenibilidad, Sayo Gandia, ha anunciado este miércoles que la escultura de homenaje podrá contemplarse a partir del próximo viernes 26 de julio. La propuesta parte de los hermanos Jordi y Quique Mollà, que gestionan una popular página de Facebook en la que rescatan el antiguo universo rural y el patrimonio histórico ontinyentí. Desde el primer momento, a Gandia le pareció un proyecto "interesante" porque rinde homenaje "a gente sencilla, pero muy vinculada a un barrio y a una imagen que todos recordamos". El consistorio brindó todo su apoyo para dar forma a la idea. "Está muy bien que de tanto en tanto nos acordemos de gente humilde y sencilla que han aportado su granito a la formación de un paisaje y de un barrio", incide la concejala.

Los 'hermanos Sabateta' en una imagen ya icónica de Ontinyent.

Los 'hermanos Sabateta' en una imagen ya icónica de Ontinyent. / Ontinyent Rural

Parte de la idiosincrasia local

Los creadores de Ontinyent Rural han publicado recientemente una extensa biografía de los hermanos 'Sabateta tras recopilar diferentes testimonios del núcleo familiar. La idea surgió hace un par de años, pero en medio del proceso falleció Vicent. "Nos interesaba hablar de los hermanos, pero también contar la historia de un Ontinyent que ya no existe aunque forma parte de nuestra idiosincrasia, un Ontinyent que vivía la agricultura y lo rural a través de la tradición", explican Quique y Jordi, cuyo objetivo ahora es que el monumento a los 'Sabateta' sea también un referente de aquella ciudad perdida.

Vicent y Pepe Gironés, residentes del Llombo, dedicaron toda su vida al campo y también cuidaban y cabras y ovejas y extraían miel. Como hicieron sus padres y abuelos, "convirtieron el arte de trabajar la tierra y los animales en su manera de vivir y de sobrevivir", describen los hermanos Mollà en la página Ontinyent Rural. Los 'Sabateta' cogían cada día la mula mecánica para desplazarse hasta la granja que tenían a pocos kilómetros de distancia. Según el relato, siempre cumplían el mismo ritual: Pepe subía en la parte trasera del vehículo y se sentaba de espaldas al conductor, esperando en silencio, mientras su hermano Vicent ponía en marcha el motor y sacaba la máquina a empujones, lloviera o no y fuera laborable, domingo o festivo.