La muralla de Ontinyent renace con la reconstrucción de una torre medieval

Los complejos trabajos de restauración, que han obligado a anclar la fortificación a gran profundidad por el deterioro del suelo, encaran la recta final después de tres años 

Las obras de restauración de la muralla de Ontinyent encaran la recta final

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Las obras de restauración de la muralla norte de Ontinyent encaran su recta final después de tres años de complejas intervenciones en la puerta de acceso al histórico barrio de la Vila. La reconstrucción desde cero de una torre medieval —de la que apenas se conservaban unos pequeños restos descubiertos durante los trabajos junto a la Casa Barberà— es el último alarde técnico al que se está enfrentando el equipo encargado de hacer realidad la ambiciosa actuación. 

La muralla se asienta sobre la ladera del río Clariano, apoyada sobre un tipo de roca muy blanda (marga) que se había ido deshaciendo con la humedad y que se hallaba en mal estado en diversos tramos. Esta circunstancia propició —hace muchos años— el derrumbe del torreón, cuya base de cimentación desapareció.

«Nos ha interesado levantar de nuevo esa torre porque no se acaba de entender la muralla sin ella. Su importancia radica en que nos permite ver el ritmo que tenían estos elementos y a qué distancia estaban unos de otros en la muralla», explica el arquitecto Miguel del Rey, del estudio VAM10. Sacar la torre de nuevo a la luz no está siendo una tarea sencilla, puesto que la ausencia de margas originales complicaba mucho su cimentación y ha obligado a anclar la estructura «a mucha profundidad».

Aunque el torreón (cuyos restos podrían estar datados del siglo XIV) es de nueva construcción, su forma evoca la original, dado que las trazas de la parte inferior sí se pudieron recuperar. Su aspecto será «muy similar» al que ofrecía originalmente la muralla ontinyentina y, según Del Rey, resultará «un poco chocante» porque se diferenciará claramente de la imagen de los lienzos amurallados, que en cambio no van a recuperar su estado inicial. La torre levantada se relaciona con la de l’Aljub, que fue restaurada. Este vínculo arroja pistas sobre el tipo de armas que se usaban para defender la villa en la primera época cristiana.

Por otra parte, el equipo de arquitectura ha querido dejar una sección del torreón «como si estuviera rota» para que puedan contemplarse sus diferentes partes interiores. La nueva torre también ha favorecido la recreación del ‘paseo de guardia medieval’ entre dos puntos que permanecían incomunicados de la calle Muralla, en una zona que lleva más de 20 años cerrada, que servirá de mirador y que se embellecerá. 

El torreón ofrecerá un aspecto similar al de la muralla original que contrastará con los lienzos restaurados

Una vez completada esta actuación, podrán comenzar a desmontarse los grandes andamios que desde 2021 forman parte indivisible del paisaje de la Vila. Miguel del Rey hace hincapié en la complejidad de los trabajos de restauración de la muralla, puesto que la fortificación se encontraba «en muy mal estado, prácticamente vencida». Los operarios tuvieron que estabilizar toda la estructura y los terrenos posteriores, mediante inyecciones de cal, dado que el centro de gravedad estaba en algunos casos «fuera de plano». Con posterioridad, se pudo anclar la muralla retranqueada al suelo, con la idea de blindarla ante la acción inexorable del tiempo. 

El aspecto no será el original

La rehabilitación no ha devuelto los lienzos el aspecto original. La muralla tiene partes de la época andalusí y otras que fueron reconstruidas durante la etapa cristiana. En ocasiones, ambos tipos de tramos se sobreponen y otras están adosados, por lo que se daban diferentes casuísticas.

«No estamos volviendo al estado original porque el pueblo no lo entendería, dado que aparecería un muro de hormigón un tanto extraño. Lo que estamos haciendo es estabilizar las piedras que se estaban cayendo en muchos casos para poder anclarlas a los terrenos más estables que tenemos en la parte de atrás», resume Del Rey.

Estas intervenciones, presupuestadas en 2,5 millones y financiadas en parte por el Gobierno, se enmarcan dentro de un proyecto más amplio para remodelar y embellecer la zona marginal del río Clariano, junto a la recuperación y puesta en valor del Pont Vell, la estabilización de la ladera de la Casa de la Cultura o la instalación de un ascensor para mejorar la accesibilidad a la Vila.

Obras de la muralla  de la Vila

Obras de la muralla de la Vila / Perales Iborra