Prisión y multa de 500.000 € para un empresario textil de Ontinyent por un gran cultivo de marihuana

El Supremo confirma la pena de 3 años y medio de cárcel al propietario del almacén industrial, que ya fue condenado a otros 2 años por falsificar 30.000 prendas de ropa interior de Calvin Klein

Su hijo y otro hombre encargado del cuidado del invernadero de 1.341 plantas de cannabis oculto en una nave también reciben un castigo un similar

El invernadero de marihuana desmantelado en Ontinyent en 2017.

El invernadero de marihuana desmantelado en Ontinyent en 2017. / Policía Nacional

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 3 años y medio de prisión y la multa de 503.000 euros impuesta a un empresario textil de Ontinyent que almacenaba un gran invernadero de marihuana en un entramado de naves del polígono del Pla de la localidad, donde la Policía Nacional también intervino en 2017 cocaína y 30.000 prendas de ropa interior falsificadas, una mercancía por la que el acusado fue condenado recientemente a otros 2 años de cárcel tras una denuncia de la marca Calvin Klein.

El hijo del empresario ha recibido idéntica pena que su padre por el cultivo de 1.341 plantas de marihuana halladas en una fábrica a la que se accedía por una puerta oculta tras el armario del comedor de una de las naves de las que era propietario el administrador de varias empresas de confección de productos textiles, de 61 años. Un tercer hombre que se encargaba del cuidado de la plantación ha sido condenado a tres años y un día de prisión y al pago de una multa de 251.504 euros.

El Supremo ha inadmitido el último recurso de casación interpuesto por los encausados después de que el Tribunal Superior de Justicia les rebajara el importe de las sanciones económicas, que en un principio la Audiencia Provincial fijó en 1 millón de euros para el empresario y su hijo y en 500.000 euros para el tercer implicado.

El dueño de las naves alegó que no se había acreditado que él desplegara tarea alguna respecto a las plantas de marihuana. Según su versión, únicamente toleró que su hijo estableciese una plantación en una de sus propiedades y, en su condición de padre, no estaba obligada a denunciarle. Por otro lado, el empresario también trató de arrojar dudas sobre la droga analizada tras ser intervenida por los agentes.

El fuerte olor a marihuana procedente de las naves alertó a la Policía Nacional. Además de las plantas, con un peso de 47 kilos, el operativo desplegado en la calle Debanadores del polígono El Pla halló 51,88 kilos de cogollos de marihuana preparados y dispuestos en bolsas para su venta, así como 68 gramos de cocaína con una pureza del 23%.

El invernadero de marihuana iba a asociado a una gran y sofisticada infraestructura La venta de las sustancias ilícitas aprehendidas hubiera supuesto para los acusados unos ingresos ilícitos cercanos al medio millón de euros.

En su recurso, los condenados también pidieron una rebaja de la pena por las "dilaciones indebidas" que retrasaron el procedimiento judicial durante cinco años y medio. El Supremo aprecia una "demora irrazonable e injustificada de la tramitación", pero no considera que pueda hablarse de una "paralización verdaderamente clamorosa o superextraordinaria" para reducir aún más el castigo.

La drogadicción como atenuante

Por otra parte, dos de los procesados pidieron que su drogadicción se considerara como atenuante, al justificar la práctica de cultivar marihuana como una vía para procurarse droga y conseguir dinero para saldar deudas relacionadas con el consumo de estupefacientes.

El Alto Tribunal, sin embargo, pone el foco en que los tres hombres eran responsables de una gran plantación de cannabis que se realizaba sistemáticamente en una nave industrial con una compleja instalación técnica que requería de una importante supervisión y control sobre su funcionamiento. De esta manera, los acusados necesitaban "estar siempre atentos a su marcha y a las necesidades del cultivo", una rutina laboral que "no hubieran podido desarrollar personas afectadas por una grave adicción", según razona la sala de magistrados del Supremo.