Xàtiva derriba los muros de género en la construcción

El IES Simarro experimenta un notable incremento del porcentaje de alumnas inscritas en el ciclo de obra y rehabilitación, que acaban integrándose en un sector hipermasculinizado

"Este es un ámbito muy interesante y, si te gusta, tienes mucho futuro", señala una de las estudiantes que despliega prácticas en una empresa

Gal.la, la alumna del IES Simarro que hace prácticas en una empersa

Gal.la, la alumna del IES Simarro que hace prácticas en una empersa / IES Simarro

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Si hay un sector laboral tradicionalmente asociado en el imaginario colectivo a la imagen del hombre hipermasculinizado es el de la construcción. Pero el tópico de que la obra no es cosa de mujeres comienza a resquebrajarse.

A nivel estatal, el porcentaje de profesionales de sexo femenino en este ámbito ha escalado en los últimos años hasta representar el 11% del total de personas empleadas que se suben al andamio a diario. Parece un dato menor, pero hay que tener en cuenta que se partía prácticamente de la nada.

El lento cambio de tendencia está siendo posible gracias en buena medida a la enseñanza formativa. Superado el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el sector ha remontado el vuelo, pero viene sufriendo desde hace tiempo las consecuencias de la falta de mano de obra cualificada. Y ahí es donde el interés de cada vez más mujeres por un ámbito que hasta no hace tanto se les consideraba vetado juega un papel fundamental.

A un paso de cumplir 17 años, Gal·la rompe cada día a martillazos la brecha de género. Ella es una de las cinco alumnas del ciclo formativo de obras interiores, decoración y rehabilitación del IES Lluís Simarro de Xàtiva que se encuentran realizando prácticas en empresas del sector de la construcción, trabajando directamente a pie de obra. Este instituto de la capital de la Costera ha constatado un "incremento significativo" del número de chicas que eligen esta formación de grado medio y que se integran en un sector históricamente masculinizado.

Cuando el ciclo de Rehabilitación y Obra Interior se puso en marcha en el curso 2015-2015 en Xàtiva, el dominio de los chicos en la matriculación era abrumador. "De vez en cuando teníamos alguna chica, pero siempre acababa dejándoselo", indica Francesc Giner, profesor de formación profesional y jefe del Departamento de Edificación y Obra Civil del IES Simarro.

Desde hace unos cuatro o cinco años, sin embargo, el curso -que forma a los estudiantes para ser oficiales de primera- ha comenzado a tener mucho más alumnado, en buena medida femenino. "Hemos pasado de un 15 % a un 25 o 30 % de chicas", subraya Giner, que cifra una veintena los estudiantes del ciclo medio. "Nuestro objetivo es conseguir la paridad y llegar al 50% de alumnas", apunta el profesor, que desmonta el cliché de que las chicas son menos aptas para el sector. "Nos sorprenden, porque cada vez son más valientes y más echadas para adelante. Pasan a los chicos por arriba", resalta responsable del departamento.

A su juicio, existen suficientes señales para considerar que se está produciendo "un cambio importante y una apertura en la industria", que está "contribuyendo a la normalización de la presencia femenina en este campo".

La alumna del Simarro, a pie de obra.

La alumna del Simarro, a pie de obra. / IES Simarro

El curso ha llegado ya a su fin, pero Gal·la continuará durante todo el mes de julio desplegando sus prácticas en una empresa de Algemesí. Esta vecina de Benifaió decidió matricularse en el ciclo formativo de Xàtiva porque desde que era pequeña siempre le había gustado el mundo de la construcción de casas. "Lo veía desde fuera y decidí que era algo que quería estudiar. Ahora que estoy dentro todavía me gusta más", cuenta a Levante-EMV la alumna del Simarro.

En su día a día, es una operaria más a pie de obra: ayuda a echar muros abajo, extrae escombros de una casa en proceso de reforma, carga sacos, rejunta paredes... "Estoy a lo que me manden", resume Gal·la, para quien las prácticas están cumpliendo de sobra sus expectativas. "Me encuentro muy a gusto y estoy aprendiendo muchas cosas", incide, consciente de que en el sector "hace falta mucha mano de obra".

A pie de obra.

A pie de obra. / IES Simarro

Más demanda de alumnos que matriculaciones

En su experiencia, ella no ha notado ningún tipo de distinción con sus compañeros hombres, ni tampoco ha sufrido un trato diferente. "Espero que cada vez haya más mujeres en la obra, porque este es un sector muy interesante y, si te gusta, tienes futuro", incide la estudiante, que en cualquier caso no se cierra otras puertas. Su idea es cursar el ciclo superior, que prepara a los estudiantes para ser encargados de obra, y, con la titulación en l amano, poder ir a la universidad.

"El ciclo son dos años de grado y medio y dos de superior. Cuando acabas el medio ya puedes ir a trabajar y muchas empresas ofrecen contratos, pero a mí me gustaría continuar estudiando", resume Gal·la.

"La gente que está en la obra cada vez está aceptando mejor la llegada de las chicas"

Durante el curso, el alumnado del ciclo de construcción del IES Simarro suelen hacer prácticas en un espacio del Centre Cultural de Xàtiva cedido por el ayuntamiento . De los 20 alumnos del ciclo de grado medio han podido realizar la FP dual el 75%.

"La empleabilidad está siendo muy positiva, hasta el punto de que tenemos más demanda de alumnos de los que podemos formar", recalca Francesc Giner. "La gente que está en la obra cada vez está aceptando mejor la llegada de las chicas. Siempre hay quien que no lo termina de ver, pero estamos asistiendo a un pequeño cambio de mentalidad positivo", zanja el profesor jefe de departamento.