Los viñedos de la Rambla de Fontanars se secan por la falta de lluvias

La sequía amenaza el año vitivinícola en els Alforins: de prolongarse el escenario actual, es muy probable que muchas parcelas de viña no lleguen a recolectarse

Plantaciones de viña en la Rambla de Fontanars dels Alforins.

Plantaciones de viña en la Rambla de Fontanars dels Alforins. / P.S.

Patricio Simó

Patricio Simó

La sequía derivada fundamentalmente del cambio climático continúa siendo uno de los grandes caballo de batalla a los que deben enfrentarse los agricultores de la Comunitat Valenciana, una de las zonas más afectadas por la escasez de lluvias.

En un artículo reciente, este diario ya informó de que la sequía está afectando de manera desigual a los cultivos explotados en Terres dels Alforins -una de las principales zonas de producción vitivinícola valencianas- en función de determinados ámbitos y variedades.

La situación por la que atraviesan algunos viñedos de la Rambla de Fontanars es alarmante y casi irreversible. Se trata de un escenario que no se ha visto en mucho tiempo, a pesar de que los periodos de sequía se vienen repitiendo a lo largo de los años en este territorio.

Si no llueve en los próximos días, según advierten los expertos, hay cepas que podrían secarse. Y los pronósticos meteorológicos no son nada halagüeños en ese sentido: hasta el momento las previsiones no señalan precipitaciones en la zona en lo que resta del mes de mayo.

Desde el 1 de enero de 2024 hasta el 19 de mayo, en Fontanars se han registrado 77 litros por metro cuadrado, mientras que el año pasado por estas mismas fechas se acumulaban ya más de 200 litros por metro cuadrado.

La situación es todavía más grave en los terrenos fuertes, arcillosos y calizos, mientras que los suelos arenosos resisten mejor la sequía. En general, los suelos arenosos no retienen el agua, pero en condiciones de sequía extrema como la actual, permiten el laboreo para que las raíces no queden bloqueadas, como ocurre con los terrenos arcillosos donde la cohesión de dicho suelo ante la falta de agua se compacta y las raíces no pueden prosperar, tal como explica Mauro Matarredona, viticultor de Fontanars dels Alforins.

Por su parte, el suelo arcilloso es poco permeable al agua y, en consecuencia, tiende a retenerla. Durante las estaciones de sequía se endurece y se vuelve difícil de cultivar. El suelo es uno de los factores que más influyen en las características de las uvas y, por tanto, de los vinos. Y es lógico, porque la planta se alimenta del suelo, donde hunde sus raíces y absorbe agua y nutrientes.

Importantes daños en otras comunidades

De prolongarse el escenario actual de escasez de lluvias, es muy probable que muchas parcelas de viña no lleguen a recolectarse. Desde las asociaciones agrarias como la Unió Llauradora i Ramadera han pedido al Gobierno Central ayudas urgentes para paliar la sequía.

En otras comunidades autónomas como Castilla- La Mancha o La Rioja se han producido las primeras heladas de la primavera con cientos de hectáreas de viñedos afectadas. Solo en La Rioja, los daños superan los 5 millones de euros, mientras que las hectáreas arrasadas en Castilla La Mancha superan las 17.500 hectáreas.