Después de iniciarse en la novela histórica con Tormentas, ambientada en l'Alcúdia de Crespins del siglo XIX, a Enrique Argente (València, 1945) le picó el gusanillo de la novela negra, o «gris», según la define él mismo por su negativa vital a matar a sus propios personajes. Es así como imaginó al agente de la Europol Paco Puig, que ya ha sido protagonista de sus siguientes tres historias: Operación Verdi: Concluida (2014), Morir frente a Lampedusa (2017) y la última, El secreto de las aldeas muertas (2019), con la que cierra, de momento, la trilogía de novelas del policía. El próximo viernes, Argente presentará este último trabajo de Puig, que ha escrito a lo largo de los dos últimos años y del que incluso se ha encargado de la edición y maquetación. Una muestra auténtica de amor al arte, por el que este «esforzado trabajador de la palabra escrita», como se define a sí mismo rehuyendo de la etiqueta de novelista, ha cosechado una notable producción literaria a sus 74 años de edad.
Argente, perito industrial de profesión, empezó a interesarse por la escritura tras su jubilación. Sin formación académica a nivel literario, ha sido la pura curiosidad vital la que le ha llevado a estudiar varios cursos de Historia por la UNED y a investigar hasta formarse con la base necesaria para escribir sus libros, explica. Una tarea ardua, teniendo en cuenta los muchos flecos que tocan las novelas que protagoniza Paco Puig, desde el funcionamiento de las redes de policía europeas de las que forma parte, hasta los distintos casos que acaba abordando en su trabajo por todo el territorio de la Unión europea. No obstante, afirma que la documentación previa resulta su «parte preferida» de todo el proceso para escribir una novela, haciendo gala una vez más de su natural voluntad de saber tan solo por el placer que supone. Parte de esta investigación se ofrece al final de la novela, a modo de anexo, para darle algo de contexto extra a la acción de El secreto de las aldeas muertas, avanza Argent ..
Russafa, el barrio de València en el que vive Puig, necesita de menos trabajo de estudio a la hora de ser retratado por la pluma de Enrique Argente, quien vivió en la capital valenciana hasta 1972, cuando se trasladó a Xàtiva. «Quiero hacer de Russafa uno de los personajes importantes de la novela, trasladar su ambiente a las páginas del libro», comenta al respecto, alejándose conscientemente de la cultura nórdica de la novela negra, más centrada en la psicología de sus protagonistas y antagonistas, para fijarse en el retrato de los entornos en los que se desarrolla la acción, destaca.
En El secreto de las aldeas muertas, los bombardeos de Alepo sacan a la luz una serie de documentos comprometedores con la doctrina cristiana, lo que es el punto de partida de la nueva aventura del euroagente Puig: un detective mayor, aficionado a la ópera y seguidor del Valencia CF, como el escritor que le da vida. «Hay algo de Enrique Argente en Paco Puig, más allá de que compartamos aficiones. Siempre intentas dotar de personalidad a los personajes, y acabas proyectando parte de ti sobre el protagonista», cuenta sobre ello el autor. Como en anteriores trabajos, Argente no duda en hacer uso de la transcripción directa de correos electrónicos y whatsapps para avanzar la historia, sin detenerse en sopesar qué pensarán los puristas. «Es indudable que estas formas de comunicación forman parte inherente de nuestro día a día. Y lo veo como un buen recurso para explorar a los personajes. Falta solo añadir los emojis», bromea el autor de este volumen.
Ya sobre nuevos proyectos
A pesar de que la idea inicial era jubilar a Paco Puig tras este El secreto de las aldeas muertas, según admite el autor de Xàtiva, la buena acogida y los ánimos de amigos y conocidos han llevado a Argente a no descartar su vuelta en una cuarta aventura; es más, ya trabaja en ella, confiesa. «Querría explorar el caso de las subastas de medicamentos, de los que están surgiendo tantos escándalos últimamente», avanza. Habrá que esperar unos años más para leerlo. La presentación de este viernes corre a cargo de José Antonio Martínez, jefe de la Policía Nacional de Xàtiva.
