Cuatro municipios del Camp de Túria incrementan en un 20 % la inversión del Fondo de Cooperación

Bétera, la Pobla de Vallbona, Llíria y Riba-roja de Túria verán crecer sus ingresos en este ejercicio al haberse priorizado el peso poblacional en los criterios del Consell

Panorámica de Bétera.

Panorámica de Bétera. / Miguel Angel Montesinos

Amparo Soria

Amparo Soria

Bétera, la Pobla de Vallbona, Llíria y Riba-roja de Túria han resultado beneficiados en el nuevo reparto del Fondo de Cooperación Municipal del Consell, donde la inversión a estas localidades del Camp de Túria se ha incrementado en un 20 %. Según la aplicación de esta herramienta por la autonomía, se ha privilegiado a la densidad poblacional frente al criterio aplicado por el otro benefactor de este fondo, la diputación, que beneficia a los menos poblados.

Así, Bétera, con 26.759 habitantes, es el municipio más poblado del Camp de Túria seguido de cerca por la Pobla de Vallbona, con 26.435 habitantes, Llíria, con 24 518 y Riba-roja, con 23.555 habitantes. Los cuatro verán crecer sus inversiones en un 20 % y l'Eliana, que es el siguiente municipio de la comarca con más población, se queda en un 16 % más de fondos.

Esto se traduce en que Bétera pasará de los 198.328 euros que recibió en 2023 a ingresar en las arcas públicas 238.102 euros para invertir libremente en lo que el consistorio decida. El Fondo de Cooperación Municipal es la partida que, desde la primera legislatura del Botànic, se envía a los ayuntamientos para mejorar su financiación sin estar tutelados en qué invertir esos fondos. Se nutre del Consell y de la Diputación de València, que ya hizo público el reparto de este ejercicio.

En la Pobla de Vallbona se recibieron 197.705 euros el pasado ejercicio y este año, con el incremento del 20 %, pasarán a adquirir 236.552 euros. En Llíria, con menor población que la anterior pero con el mismo incremento financiero, recibían 190.859 euros y ahora serán 228.913 euros. Riba-roja de Túria pasa de 187.287 euros a 225.405 euros.

Son fondos que alivian notablemente la presión financiera de las arcas públicas municipales ya que los ayuntamientos se organizan sus inversiones en función de estas cuantías previstas en el reparto autonómico.