La sucesión de incendios en el Parque Natural del Túria ha llevado al Ayuntamiento de Riba-roja a dar un ‘sprint’ final con un plan para la prevención, vigilancia y extinción de incendios en este entorno. Se la ha puesto de nombre ‘Plan Centinela’ y el viernes se envió al tejido asociativo y a las urbanizaciones que lindan con el Parque Natural y cuyas viviendas se encuentran en la zona interfaz entre lo urbano y lo forestal para que puedan conocerlo y hacer aportaciones o alegaciones que consideren necesarias para ir todos a una en el blindaje contra el fuego.
De forma técnica, el plan propone incrementar la protección de la población que vive junto al Parque Natural con tres elementos: tecnología, infraestructuras, formación ciudadana y cooperación institucional entre el consistorio, la Generalitat y la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Así, en materia de prevención destaca la solicitud a la Generalitat de la instalación de un retén de bomberos forestales, una demanda que, como explica el alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, «ya existía un acuerdo con el anterior Consell y el ayuntamiento compró el edificio de Quint para que se instalaran allí profesionales las 24 horas del día». Además, se prevé también la instalación de cámaras en zonas críticas para controlar los cañones de Guardian así como otras videocámaras en lugares estratégicos para detectar los incendios o actividades sospechosas. También se especifica la instalación de cámaras térmicas para detectar cualquier tipo de fuego. La última medida son los «badenes inundables», una suerte de caminos que permitirían acceder a los bomberos a zonas más difíciles reduciendo el tiempo de entrada de 15 a 2 minutos a cualquier parte del parque.
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En cuanto a las acciones para reducir el peligro está prevista la eliminación de la caña invasora y su pertinente solicitud a la CHJ así como los controles con drones en el paraje natural, a través de agentes de la Policía Local formada específicamente para esta tarea. Se vigilarán también las parcelas privadas que estén en condiciones que favorezcan la proliferación del fuego.
En la vertiente de formación y concienciación, el ayuntamiento cree que es fundamental que el vecindario sepa cómo actuar si vuelve a repetirse un siniestro forestal. «Se va a llevar a cabo un proceso de formación técnica por parte de ingenieros forestales para saber cómo el vecindario puede combatir el fuego, además de realizar una serie de supuestos a través de prácticas con los bomberos y los técnicos forestales para estar formardos de cara a un incendio», señala Raga, y de forma concreta señala a las viviendas que más cerca se encuentran de la zona forestal.
Tras la prevención y la formación, el Plan Centinela prevé como respuesta al fuego la ampliación del Guardian por el que se sumarían cañones de agua a los ya existentes. Se pretende extender este sistema de prevención que hidrata la zona forestal hacia el resto de urbanizaciones que lindan con el parque. Se suman los planes de Emergencia y los de evacuación y autoprotección.
«El documento se revisará ahora por parte del colectivo vecinal y se sumarán las alegaciones que consideren pertinentes, para después poder ejecutarlo por fases», explica Raga.