La cara y la cruz de las urbanizaciones de Bétera: de calles sin asfaltar a carriles bici

Los residentes en la Conarda exigen al consistorio que al menos adecuen los viales, mientras el ayuntamiento defiende que es un núcleo urbano no consolidado ni recepcionado por el ayuntamiento

La urbanización de la Conarda y la de Torre En Conill.

La urbanización de la Conarda y la de Torre En Conill. / Amparo Soria

Amparo Soria

Amparo Soria

El vecindario de la urbanización la Conarda de Bétera piden que el ayuntamiento aplique ciertas mejoras en este núcleo de diseminados. Al menos, el asfaltado de los viales, convertidos en barrancos cada temporada de lluvias. Son reivindicaciones históricas y no exentas de complejidad: se trata de una urbanización no consolidada compuesta por medio centenar de chalés que están ocupados, casi en su totalidad, durante todo el año. Por eso, uno de ellos, Miguel Caballero, pide un mínimo mantenimiento de las calles, porque la única opción "es caminar por mitad de la vía".

La vegetación inunda los márgenes de las calles donde se suceden los socavones y las gritas por las escorrentías de las lluvias. La grava y la tierra se mezcla en calles como Miramar o el camino de la Murta, mientras que otras sí que han sido asfaltadas. "Pedimos que, al menos, nos pongan zahorra, que no sea directamente tierra", explica Caballero. La zahorra, una especie de grava, facilitaría un poco más la circulación de vehículos y el paso de viandantes.

El propio vecino presentó por registro de entrada el 20 de septiembre una instancia donde explicaba todas estas reivindicaciones y adjuntaba fotografías del estado de la urbanización. "Si no se puede asfaltar, que al menos adecuen la base de las carreteras", señala Caballero. Y no solo eso: como ya quedó patente en Montesano, el servicio de recogida de residuos es deficiente. Según explica, el camión de la fracción resto solo pasa cada dos días, y solo hay un punto de reciclaje en toda la urbanización que acaba colapsado por la cantidad de residuos que se depositan en el plástico, cartón y vidrio.

Todo esto contrasta y molesta más a los residentes al comparar el estado de esta urbanización con otras colindantes: Torre en Conill y Mas Camarena gozan de servicios y dotaciones excepcionales, una situación que para Caballero irá a más "ahora que entramos en periodo electoral, ya que ambas urbanizaciones están en el gobierno con un partido político". Allí, carriles bici y parques infantiles así como jardines que proliferan por los diseminados.

Suelo pendiente de desarrollo

Sin embargo, en el consistorio explican que no existe comparación posible, precisamente por la situación urbanística de ambos núcleos de población: la Conarda es un suelo pendiente de desarrollo, como otras más en Bétera, mientras que Torre en Conill es un suelo urbanizado y recepcionado por el consistorio. "Eso implica derechos y obligaciones de los propietarios diferentes en cada uno de los casos", señala la concejal de Urbanismo, Eva Martínez.

De hecho, subrayan que la Conarda no cuenta con todos los servicios básicos porque está pendiente de cumplir con las obligaciones legales para realizar la transformación urbanística o, lo que es lo mismo, urbanizar la zona. "Esto implica el pago de las cargas de urbanización por parte de los propietarios, ya que la primera implantación de los servicios urbanísticos deben pagarla los propietarios", señala la edil. De hecho, en esta urbanización no se permiten edificaciones nuevas sin el desarrollo completo de las obras de urbanización.

En el caso de Torre en Conill, Mas Camarena o Montesano -esta última consolidada pero con servicios escasos-, todas las parcelas tienen condición de solar ya que los residentes pagaron las cargas de urbanización y el sector está recibido. Solo entonces el ayuntamiento "tiene la obligación de mantener los servicios", puntualiza Martínez. Este vecindario, una vez abonadas las cargas de urbanización, cedieron al consistorio un porcentaje de suelo, zonas verdes y dotacionales.

Valor del terreno; servicios mínimos

"Obviamente el valor del suelo urbano pendiente de urbanizar está por debajo del suelo urbano consolidado. Esto se debe a la imposibilidad de edificar hasta que se completen las obras de urbanización", señala Martínez. Para que los vecinos y vecinas de la Conarda puedan acogerse a esta prestación de servicios completa del ayuntamiento, "deberán ejecutarse primero todos los servicios urbanísticos y recibirla por el consistorio", señala la edil.

De hecho, Caballero explica que en los años previos a la crisis económica se iniciaron todos los trámites para regularizar la situación. Una empresa se interesó por esta situación y comenzó con los trámites, pero todo se diluyó cuando explotó la burbuja inmobiliaria. La urbanización se convirtió en un agente urbanizador, pero al quedar paralizado, los trámites no llegaron a materializarse en nada. Para Caballero, "el ayuntamiento tiene la última palabra". "Hay calles que sí que han sido urbanizadas y no pedimos nada extraordinario, ni siquiera que se ponga el alumbrado, pero hemos sido los propios vecinos los que nos hemos ido hormigonado la entrada a los chalés", señala.