Análisis

Rovira y el reto de apagar los incendios de Barrera

La integración de Cultura en la conselleria de Educación apunta al objetivo de quitarle peso ideológico al área que gestionaba Vox

Mazón abraza a su conseller de Educación, José Antonio Rovira, tras aprobarse la ley educativa, el pasado junio.

Mazón abraza a su conseller de Educación, José Antonio Rovira, tras aprobarse la ley educativa, el pasado junio. / L-EMV

Voro Contreras

Voro Contreras

Cuando hace un año Vicente Barrera fue nombrado conseller de Cultura sorprendió (no fue lo único) que la cultura valenciana volviese a tener su propia conselleria tras años como hermana pequeña en el departamento encabezado por Educación. El hecho de que ayer el president Carlos Mazón anunciase que la cartera volvía a diluirse no solo con Educación sino también con Universidades y Ocupación, podría apuntar a lo importante que era para Vox dirigir un área con la permeabilidad ideológica y el poder simbólico de las cuestiones culturales y lingüísticas y a la necesidad que tiene el PP de quitarle tanto peso. 

Aunque durante el tiempo que ha estado en el cargo Barrera ha intentado ofrecer una imagen más o menos moderada, y aunque insistiera en que no venía a censurar sino a abrir su conselleria a cualquier manifestación artística (la tauromaquia, principalmente), el torero no ha podido -y seguramente, ni querido- evitar que se notara su presencia. Su primera decisión de calado fue diseñar unos presupuestos que dejaban sin subvenciones a las entidades favorables a la unidad de la lengua que habían sido beneficiadas por el Botànic. Su última decisión fue poner en marcha un Circuito Valenciano de Novilladas financiado con parte del dinero que le quitó a esas entidades.  

Entre ambos acontecimientos a Barrera también le dio tiempo a negarse a celebrar el Any Estellés, a renovar la cúpula del Institut Valencià de Cultura (elegida durante la etapa de Compromís en la conselleria) y a destituir al director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont. La directora del IVAM Nuria Enguita se fue ella sola, pero después de que la Generalitat presentase contra ella una denuncia ante la Fiscalía que finalmente fue archivada. Precisamente, algunos de los asuntos más urgentes a los que tendrá que enfrentarse el nuevo conseller de Cultura (y de Educación, Universidades y Ocupación) José Antonio Rovira, serán concluir los procesos para elegir a los nuevos directores del IVAM y del Carme e intentar poner paz ante las protestas del sector de las artes escénicas por las nuevas condiciones del Circuit Cultural Valencià que ha impulsado el IVC. Por cierto, Rovira también tendrá que lidiar con el Circuito de Novilladas pese a que, tal como él mismo confesó ayer tras su nombramiento, la tauromaquia le interesa más bien poco. 

De todas formas, no será hasta que se presente el proyecto de presupuestos de la Generalitat de 2025 cuando conozcamos el alcance la ruptura o la continuidad de la política cultural del PP respecto a la de Vox. En todo caso, llama la atención que Rovira haya elegido como su mano derecha para asuntos culturales a la también alicantina Pilar Tébar, que hasta ayer mismo ostentaba la dirección general de Patrimonio con Barrera. Pero si por algo se caracteriza la nueva secretaria autonómica de Cultura es por su talante conciliador (más seguramente que el de su antecesora Paula Añó) y su conocimiento del terreno artístico (ha sido directora del Instituto Alicantino de Cultura, presidenta de la asociación de críticos de arte y miembro del grupo de expertos de la Generalitat para la compra de obras de arte). 

Su puesto en Patrimonio lo ocupará a partir de ahora Marta Alonso, otra historiadora del arte con pedigrí político popular, ya que fue directora general de Cultura de la Generalitat entre 2011 y 2015 y actualmente era miembro del Consell Valencià de Cultura. Y la nueva dirección de Cultura que llevaba el ya destituido Sergio Arlandis la gestionara Miquel Nadal, un técnico superior de la Admistración de la Generalitat y escritor (ganó con Càndid el premio Lletraferit) que aterriza en la conselleria directamente desde el área de Presidencia.   

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