Urbanismo

La burbuja redujo la VPO a la mitad y la crisis la hundió a mínimos históricos

El peor registro se produjo en 2015, año de transición en la Generalitat, con 29 calificaciones de viviendas protegidas en toda la Comunitat Valenciana frente al máximo en 1996 cuando se construyeron 15.798

Edificio de alquiler de Aumsa (izquierda) en la calle Tapinería, esquina con Corretgeria, en el barrio de la Seu de València.

Edificio de alquiler de Aumsa (izquierda) en la calle Tapinería, esquina con Corretgeria, en el barrio de la Seu de València. / Laura Ballester

La construcción de viviendas de protección oficial (VPO) o pública (VPP), según las épocas, se hundió con la burbuja inmobiliaria en la primera década del siglo. Y no ha vuelto a recuperarse. «Nunca se construyeron más viviendas y nunca éstas fueron menos accesibles a la mayoría de los ciudadanos», señalan el catedrático de Geografía y exconseller Eugenio Burriel y el urbanista Gerardo Roger Fernández en el artículo «El urbanismo valenciano en el siglo XXI» publicado en la obra de la Editorial Aranzadi «Territorios en transformación: oportunidades y propuestas frente a las crisis».

«El modelo de urbanismo desarrollista y especulativo generó una enorme burbuja de viviendas, cuya promoción se disparó año tras año muy por encima de cualquier hipótesis razonable de la demanda», señalan Burriel y Fernández. Una burbuja inmobiliaria que no incluyó las viviendas de protección oficial que no solo aumentaron, sino que se redujeron a la mitad. Y que fue el principio del fin de su ocaso. 

Los datos hablan por sí solos. El año en que más vivienda protegida de nueva construcción se calificó en la Comunitat Valenciana fue en 1996 con un total de 15.798 VPO y un total de 77.544 en toda España. Aunque a nivel estatal en 1998 se alcanzaron las 85.028 VPO (un total de 15.244 viviendas protegidas en la Comunitat Valenciana). Son las cifras oficiales publicados por el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana, la anterior denominación de este departamento que también tenía la vivienda dentro de sus competencias ya que ahora dependen del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. 

A partir de ahí empezó el declive de la vivienda protegida y asequible, a pesar de la ley del suelo del «todo urbanizable» impulsada por José María Aznar para facilitar la construcción de viviendas y que fue la semilla de la burbuja inmobiliaria acrecentada por el tsunami urbanístico en la Comunitat Valenciana. 

El inicio del hundimiento

De hecho en 2006, cuando más viviendas libres se construyeron en la Comunitat Valenciana, un total de 84.813, es cuando menos VPO se ejecutó en esos años: un total de 6.284. A partir de ahí el declive y hundimiento hasta alcanzar las 29 unidades de VPO calificadas en 2015, todas en la provincia de Valencia (el municipio no se especifica). 

La llegada a la Generalitat de los gobiernos del Botànic no supusieron un revulsivo para la construcción de vivienda protegida. Durante los ocho años que ha gobernado el Botànic se han construido un total de 2.039 VPO en toda la Comunitat Valenciana. Y un total de 368 VPO ya con la política de viviendas bajo la batuta de Carlos Mazón al frente de la Generalitat. 

Demanda «especulativa»

El análisis que realizan Burriel y Fernández en su artículo detalla que en 2006 se iniciaron en la Comunitat Valenciana 99.029 viviendas, más del triple que en 1996. En el conjunto del período 1997-2006 fueron 724.000, lo que supone una media anual de 16 viviendas por cada mil habitantes, 2,5 dos veces la media normal en los países de la Unión Europea». Pero a pesar de haber más oferta los precios no descendieron (la idea fuerza que inspiraba la ley del suelo de Aznar de 1998). «A pesar del enorme aumento de la oferta, los precios de la vivienda siguieron aumentando mucho (un 197% entre 1997 y 2007) por las expectativas de obtención de elevadas plusvalías. Una parte importante de esta demanda -que se ha estimado en un tercio del total- era así puramente especulativa». Una situación que produjo «un acelerado abandono de la promoción de viviendas protegidas, que pasaron de suponer un 39% de las iniciadas en 1996 a un ínfimo 6% en 2006. Nunca se construyeron más viviendas y nunca éstas fueron menos accesibles a la mayoría de los ciudadanos», destacan Eugenio Burriel y Gerardo Roger Fernández. 

El declive final es conocido. «El cese de la financiación bancaria fácil y barata tras la caída de Lehman & Brother en el verano de 2007 supuso el pinchazo de la enorme burbuja inmobiliaria desarrollada durante una década en la Comunitat Valenciana, donde la caída de la producción de viviendas «duplicó el ya elevado índice del conjunto de España». 

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