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Tania Fleitas: "Es en consulta donde surgen las preguntas que despiertan la labor de investigación"

La investigadora del Incliva destacó la importancia de los programas que permiten «combinar el trabajo en la clínica con la investigación básica» durante su intervención

La investigadora del Incliva, Tania Fleitas, durante su intervención.

La investigadora del Incliva, Tania Fleitas, durante su intervención. / F. Bustamante

Sara Cañada

Sara Cañada

La investigación en ciencia tiene nombre de mujer. Tania Fleitas trabaja en el Instituto de Investigación Sanitaria Incliva del Hospital Clínico de València. Como doctora en Medicina y Cirugía, su labor clínica se centra en la atención de pacientes con tumores digestivos y actualmente forma parte del Grupo de Investigación en cáncer colorrectal y nuevos desarrollos terapéuticos en tumores sólidos.

Fleitas fue una de las ponentes que participaron en la novena edición de eWoman, iniciativa organizada por Levante-EMV y Prensa Ibérica, para destacar el papel de la mujer en el campo de la investigación y cura de enfermedades como es el cáncer colorrectal

La investigadora comenzó su charla haciendo alusión a su país de nacimiento, Paraguay, donde no existe la sanidad universal y es ahora cuando están «empezando a hacer investigación con algunos proyectos de colaboración con España», algo que para Fleitas es crucial para poder seguir contribuyendo con sus raíces.

La doctora sacó a relucir varios proyectos en los que ha trabajado y otros en los que se encuentra inmersa actualmente. Algunos de ellos ayudan a los clínicos a poder dedicarse a la investigación, porque muchas veces «uno está en la consulta, ve un problema y se pregunta qué puede hacer». Los programas de ‘Rio Hortega’ y ‘Joan Rodés’ son un camino para que los médicos puedan «combinar la investigación básica con la clínica, porque es en la consulta donde surgen las preguntas que despiertan la labor de investigación», afirmó.

Además, destacó el ‘Proyecto Futura’, una iniciativa sobre el Empoderamiento y Liderazgo de las Mujeres en Ciencia que ya cuenta con cuatro investigadoras, todo un «orgullo» para Fleitas. «Trabajar en un equipo multidisciplinar donde todo el mundo lleve esa misma chispa y motivación» supone unaclara ventaja a la hora de lograr hitos en cuanto a la investigación en tratamientos cambien la vida de las personas.

En cuanto al estudio del cáncer gástrico, es clave conocer qué mecanismos actúan y cuál es la mejor manera de abordarlos con un tratamiento individualizado porque la quimioterapia «no funciona». A parte de la prevención también es importante la difusión, ya que el cáncer gástrico «se escucha poco», matizó Fleitas.

La investigación para intentar entender esas resistencias al tratamiento puede «enfocar métodos que permitan hacer un screening de qué población es la que está en riesgo y a partir de ahí a esas personas poder ponerlas en un programa específico», explicó Fleitas. 

Por otra parte, la doctora mostró su preocupación por que cada vez acudan a la consulta pacientes más jóvenes: «Hablo de menores de 50 años porque el cáncer gástrico clásicamente se presentaba en una persona mayor de unos 70 u 80 años que había tenido una gastritis crónica durante mucho tiempo. A partir del cambio de tendencia «identificamos mejor a ese perfil de pacientes y quiénes son los que se pueden beneficiar mejor, por ejemplo, de la inmunoterapia», puntualizó. A su vez, permitió la creación de un biobanco de organoides. 

En relación a su trabajo con estos microtejidos, resaltó la suerte de contar con un laboratorio frente al hospital, «un ambiente ideal para poder realizar esta labor de investigación traslacional». Los organoides son una representación de lo que está pasando a nivel del tumor. Esto permite «entender mejor la biología y hacer pruebas terapéuticas que te permitan adelantarte al tratamiento y poder saber si va a funcionar o no», declaró durante su ponencia.

Difundir la ciencia

El «granito» de arena de la investigadora son las actividades de difusión dirigidas a los más pequeños a través de hábitos saludables, juegos divertidos y talleres para motivarlos. Ir a los colegios y «encender esa chispa» con la presencia de «científicos en las aulas» y quién sabe, sembrar el germen de la investigación clínica desde la infancia.