La península ibérica y su lince están de enhorabuena

El lince ibérico deja de estar en peligro de extinción.

El lince ibérico deja de estar en peligro de extinción. / Levante-EMV

Gonzalo Aupí

En el año 2001, una de las especies más fascinantes de la península ibérica, el lince ibérico, hizo saltar todas las alarmas: apenas quedaban, en libertad, 94 ejemplares, lo que los situaba extremadamente cerca del peligro de extinción. Se decidió actuar.

Esta semana, veintitrés años después de aquella decisión, la especie ha pasado de estar “en peligro de extinción” a “vulnerable” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Todo ello se ha conseguido gracias a los esfuerzos de distintos organismos y profesionales que decidieron dar un paso adelante con el objetivo de preservar a este animal tan esquivo y carismático, que habita desde Sierra Morena, los Montes de Toledo, Doñana, hasta el valle del Guadiana, en Portugal.

Llegar hasta aquí no ha sido un camino fácil, pues la especie ha atravesado diversas crisis a lo largo del tiempo. Sin embargo, gracias al esfuerzo constante del programa, podemos, sin duda alguna, calificar de éxito esta iniciativa que da pie, una vez más, a creer firmemente que, si nos ponemos manos a la obra, somos capaces de revertir situaciones de gran complejidad en los ecosistemas que nos rodean. Estos esfuerzos hacen de nuestra península un lugar único en el mundo por muchos motivos. Y el salto del lince cuando quiere cazar seguirá, por suerte, siendo uno de ellos, siempre y cuando continuemos así.