Análisis

La financiación, la asimetría y la importancia en España

La financiación, la asimetría y la importancia en España

La financiación, la asimetría y la importancia en España / alfons garcia

Alfons Garcia

Alfons Garcia

Pedro Sánchez devolvió actualidad con la amnistía al mensaje ‘hacer de la necesidad virtud’. Otro, del mismo campo semántico, es que ‘no hay mal que por bien no venga’. Algunos pueden pensar que puede suceder así con la financiación autonómica (y valenciana, por tanto) y el trato singular para Cataluña. En todo caso, lo que está pasando con la financiación muestra que, en esencia, la política en España continúa pivotando sobre el eje Madrid, Cataluña y Euskadi. Como ha sido desde la Transición. Son esos resortes los que propician casi siempre los cambios.

¿Se acuerda alguien de la cantidad de actos y discursos del expresident Ximo Puig (unos cuantos, en Madrid, con titulares llamativos incluidos) para mover algo en la financiación autonómica, caducada desde 2014? La estrategia de la gota malaya, decía entonces.

Claro que hizo. En ese tiempo se fue forjando una corriente de opinión que en 2015 no existía y hoy nadie discute, y que pasa por la aceptación de una situación injusta para la C. Valenciana. Pero el modelo ha seguido igual, con sus propuestas, sus estudios (numerosos) y sus ‘esqueletos’, condenados a coger polvo. El mensaje del Gobierno hasta hace poco era trasladar la responsabilidad al PP, porque se necesita un acuerdo político y territorial, y gobierna la mayoría de autonomías.

Ahora ya no. Ahora el mensaje es que «es factible» una financiación especial de Cataluña dentro de una reforma «multilateral». Es lo que fuerzan también los socios a la izquierda del PSOE, incluido Compromís. Así que sí, que parece que ahora sí que se activa una reforma del sistema de financiación. Porque urge encajar una mejora de trato económico a Cataluña que posibilite un acuerdo con Esquerra Republicana para facilitar un Govern del socialista Salvador Illa. Y la fórmula ha de cuadrar de forma que no quede como un privilegio. Para algunos expertos en el tema, como el catedrático y exconseller Vicent Soler, incluso si fuera fruto de un pacto bilateral, toda ruptura del ‘statu quo’ (los criterios que vienen del reparto de las competencias en los años ochenta) favorecerá antes o después a la Comunitat Valenciana.

Puede que de estas salga la consagración de las asimetrías financieras en España, pero lo que ya ha quedado claro, se vaya hacia adelante o todo quede en nada, es el poder y la importancia de los territorios en este Estado que uno diría que no es ‘cuasifederal’ porque no se considera en igualdad de condiciones la opinión de todos.

Lo que uno ve difícil es que pueda prosperar la idea de un cupo, al modo vasco o navarro. Básicamente, porque es difícil que el sistema lo aguante. ¿Sería sostenible una caja española en la que casi el 30 % de los habitantes estén fuera de ella? Complicado.

Otra cuestión que abre este episodio de la financiación y el trato singular a Cataluña es qué va a hacer el PP si el Gobierno ofrece una reforma «multilateral» real.

La posición más sencilla es oponerse y colocar todos los obstáculos posibles a Sánchez. Pero puede no ser tan fácil, porque el PP gobierna en trece autonomías y a algunas, las peor tratadas, como la valenciana, la murciana y la andaluza les puede interesar abrir el melón de la reforma, aunque sea por el argumento de ofrecer una salida política al PSC en Cataluña y poder también Sánchez mantener sus equilibrios de gobierno.

Alberto Núñez Feijóo procede además de la periferia, conoce esa España que se resiente de la financiación. El debate pone también al presidente del PP, y a Carlos Mazón, en el dilema del pragmatismo o el electoralismo.

Y claro, llegado ese momento, el PSPV estará también en la tesitura de seguir alineado a pies juntillas, como hasta ahora (a veces de forma difícil de entender), con el Gobierno o situarse con el resto de fuerzas valencianas, si hace falta, para defender el criterio más beneficioso para el territorio.

Parece que vienen semanas (porque el asunto catalán se va a alargar) interesantes.

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