Contracrónica: Yolanda Díaz, alcaldesa de Benimaclet

La vicepresidenta del Gobierno derrocha simpatía en el mercadillo del barrio el último día de campaña, en que se encomienda a Valencia para reforzar su proyecto en las Europeas

Yolanda Díaz, en Ultramarinos Javi

Yolanda Díaz, en Ultramarinos Javi / Manuel Bruque / Efe

José Luis García Nieves

José Luis García Nieves

Hay muchos plebiscitos este domingo, con la Grand Place de Bruselas como telón de fondo. Está el que la derecha ha organizado en torno a la figura de Pedro Sánchez; también está el que tiene el propio Alberto Núñez Feijóo, que ve las encuestas ajustarse y necesita una mayoría holgada para poner en cuestión la Presidencia del Gobierno. Por último, hay un plebiscito a la izquierda del PSOE, entre Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz, y Podemos, que se resiste a caer a los infiernos de la relevancia una década después de que empezar a conquistar los cielos, también, en unas Europeas.

Yolanda Díaz con el exalcalde Ribó

Yolanda Díaz con el exalcalde Ribó / Manuel Bruque/Efe

En este contexto, con los ciudadanos y los líderes exhaustos, la vicepresidenta se encomienda hoy a Valencia, donde cierra la campaña en un mitin esta tarde, y donde está pasando la jornada apoyándose en uno de los grandes afluentes de votos de su candidatura confederal, Compromís. Una recta final final con las encuestas muy ajustadas y la amenaza de la polarización del voto de izquierda en torno a Sánchez.

La ministra de Trabajo ha comenzado el día en Benimaclet, donde ha derrochado simpatía y ha recibido piropos. “¡Más como tú, Yolanda!”, le decía una tendera del mercadillo ambulante, que hoy ocupaba el centro de este pueblo-barrio de la ciudad. La vicepresidenta no despierta las pasiones que Sánchez, pero ha pasado 45 minutos charlando y haciéndose fotos por el barrio, acompañado de la caravana de cámaras y dirigentes. “Tinc la necessitat de fer-me una foto amb esta senyora”, decía una joven visiblemente nerviosa, dudando si acercarse o no. “Es famosa, pero no se quien es”, comentaba otra, que no sabía si tenía que hacerse la foto con Díaz o con otra señora.

Reproches podemitas

No todo han sido parabienes. A cinco metros de donde atendían a los medios la vicepresidenta y el número 3 de la candidatura de Sumar, el exconseller Vicent Marzà, dos miembros de Podemos repartían propaganda electoral. Y claro, con esa densidad ideológico en tan corto espacio, emergen la contradicción, el antagonismo y la hegemonía: ¿Y la ampliación del Puerto, Yolanda? ¿Y Palestina?”, reprochaba a la vicepresidenta a viva voz Adrián Navalón, el portavoz de Podemos en Valencia ciudad.

Junto a la vicepresidenta y Marzà, otros cargos de Compromís han respaldado a la candidatura. Entre ellos, el diputado en el Congreso Alberto Ibáñez, la portavoz municipal Papi Robles y el exalcalde Ribó, que ha llegado con su bici y por su cuenta a la plaza, como quien pasaba por allí. El alcalde, por cierto, mantiene intacto su carisma. Una joven se le acerca y le recuerda que fue su profe, en el IES La Garrigosa, de Meliana: “Moltes gràcies, bonica!”. Otra joven le atribuye incluso méritos que no tuvo, como le pasaba a Rita con cada proyecto que llegaba a Valencia: “Este es el que nos dio gratis el bono del metro”. Es la prueba de que un político ha trascendido.

Yolanda Díaz y Vicent Marzà

Yolanda Díaz y Vicent Marzà / Manuel Bruque/Efe

Ultramarinos Javi

La comitiva avanza y desemboca en Ultramarinos Javi, donde su propietaria, Maite, se hizo conocida por impulsar una cesta de la compra de productos básicos para aliviar a las familias. Yolanda Díaz la puso como ejemplo en plena pugna con el sector de la distribución y hoy la visita en su casa. “Está la alcaldesa”, dice una señora que espera, curiosa, viendo que un grupo se arremolina en la puerta. No es la alcaldesa, es el último día de campaña.

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