Comienza la mayor migración de la Tierra

La gran migración

La gran migración / Tanzania Specialist

Gonzalo Aupí

Junio y, con mayor agudeza julio, suele ser sinónimo de aumentos en las temperaturas, largas jornadas de playa y, paradójicamente, crudos inviernos en algunos puntos del hemisferio sur. Pero también es el periodo del año en el que ocurre el que, probablemente, es uno de los mayores y más impresionantes acontecimientos naturales de nuestro planeta: la gran migración de África.

Cerca de un millón y medio de ñus, cebras y gacelas deciden abandonar las infinitas llanuras del Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania, para desembocar en la Reserva Nacional de Masai Mara, en Kenia. Dando lugar, de tal forma, a la mayor migración terrestre del planeta.

Todos ellos realizan un viaje de alrededor de 3.000 kilómetros con un único objetivo: sobrevivir. Y no es una ruta fácil. La gran mayoría de depredadores de la sabana se dan cita en esta misma época para lograr el mismo propósito que los protagonistas del mayor éxodo natural de la Tierra. Leones, guepardos y leopardos acechan entre las grandes planicies.

El río Mara, paso vital para acceder a la reserva homónima, se encuentra en estas fechas infestado de cocodrilos que esperan pacientemente a sus presas. Pero el instinto de los herbívoros hace que, al margen de los peligros del viaje, intenten cruzar una frontera para ellos inexistente con el objetivo de disfrutar de las grandes llanuras, tapizadas de pastos fruto de la época de lluvias, que les esperan al norte del trayecto.

Durante los meses de octubre y noviembre, regresarán de nuevo al territorio tanzano, siguiendo una ruta circular que no atiende ninguna dirección concreta, sino a las lluvias, ya que serán ellas las que dicten en qué momento deben volver a iniciar la mayor migración del planeta. Y, aunque muchos de ellos perecerán en este continuo proceso de supervivencia, será entonces cuando más de un cuarto de millón de animales verá por primera vez la luz. Todo ello, bajo el dominio de las nieves eternas del monte más alto de África, el Kilimanjaro, fiel testigo de cómo se convierten en los nuevos protagonistas del fascinante ciclo de la vida.