El sector editorial, a favor del uso de la IA siempre que respete los derechos de autor

Segunda jornada del encuentro de la Federación Internacional de Organizaciones de Derechos Reprográficos, ayer en València.

Segunda jornada del encuentro de la Federación Internacional de Organizaciones de Derechos Reprográficos, ayer en València. / Miguel Angel Montesinos

Sara García

Sara García

«Se puede estar a favor de la inteligencia artificial y de los derechos de autor, y vincular a la IA con el respeto a los creadores», apunta Anita Huss-Ekerhult, directora ejecutiva de la Federación Internacional de Organizaciones de Derechos Reprográficos (IFRRO), en una entrevista para Levante-EMV en el encuentro semestral de la entidad, que finalizó con la idea unánime de que las organizaciones de propiedad intelectual están a favor de la proliferación de la inteligencia artificial siempre que se respete la autoría de los contenidos protegidos. 

«Los avances con la IA se verán fortalecidos si se recurre a obras protegidas por derechos de autor obtenidas de forma responsable. Las soluciones de concesión de licencias, tanto directas como colectivas, satisfacen las necesidades de las grandes empresas tecnológicas, así como de los usuarios y usuarias de obras protegidas, autores y editores», explica Huss-Ekerhult tras finalizar el congreso que reunió a diferentes organizaciones internacionales el 28 y 29 de mayo en el Monasterio de San Miguel de los Reyes.

Anita Huss-Ekerhult, directora ejecutiva de IFRRO, aporta la conclusión principal del encuentro internacional de propiedad intelectual celebrado en València.

Miguel Angel Montesinos

Sin embargo, en las jornadas se puso de manifiesto que, actualmente, se producen infracciones y se utilizan obras con copyright de forma ilícita. «Las leyes y políticas relativas a la IA deben preservar la integridad de los sistemas de licencias y derechos de autor. Sin estas bases, la creación y difusión de obras protegidas se verá significativamente afectada y dará como resultado a un menor número de obras en general, incluidos materiales científicos, culturales y educativos, en detrimento sustancial de la sociedad», explicó la directora ejecutiva de IFRRO. Para ilustrar estas prácticas, Huss-Ekerhult puso de ejemplo a la empresa OpenAI, que «absorve obras protegidas sin remunerar a los autores y obteniendo ganancias». The New York Times demandó a finales de 2023 a OpenAI por violación de derechos de autor. «Es de vital importancia que las políticas relacionadas con la IA incluyan protecciones reales para los autores, editores y otros titulares de derechos», añadió. 

No obstante, esta problemática no solo se reduce al ámbito tecnológico, sino que también abarca el educativo y el empresarial. Es por ello que desde IFRRO y el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro) instan a la administración pública a colaborar «para lograr soluciones de concesión de licencias que satisfagan tanto a empresas o centros educativos como a autores y editores de obras protegidas».

La situación en España

Jorge Corrales, director general de Cedro, puso de manifiesto en el evento que «España sufre una desventaja competitiva respecto a los países del entorno europeo en relación con los derechos de autor generados por la reutilización de sus obras». Corrales explicó que, según el último Observatorio de la Sostenibilidad de la Cultura Escrita, publicado en julio de 2023, «existe un bajo nivel de concienciación social sobre la necesidad de remunerar a los creadores y editores por la reutilización de sus contenidos. Así lo muestra la remuneración per cápita anual (0,48 €), que es inferior a la media europea (1,52 €)». Este informe también refleja la importancia del cumplimiento del sector público en materia de derechos de autor. «Si el sector público hace efectivo el cumplimiento de estos derechos, a modo de espejo, lo trasladará al resto de la sociedad». En este sentido, Anita Huss-Ekerhult afirmó que el apoyo de las administraciones «es una forma de fomentar la cultura del país».

En definitiva, el congreso que reunió durante dos días a más de 130 expertos en propiedad intelectual, reflejó la necesidad de seguir trabajando para que se respeten los derechos de autor, en un contexto de proliferación de las tecnologías.