Juan Francisco Pérez Llorca: "Hay un gobierno unido y solvente. El Consell funciona en bloque"

El número «dos» del PPCV valora el mandato de Mazón hasta el momento: «A pesar de tener que hacer frente a muchas facturas en los cajones del Botànic, se ha hecho una política muy ambiciosa»

«Hay un gobierno unido y solvente. El Consell funciona en bloque»

«Hay un gobierno unido y solvente. El Consell funciona en bloque» / c.pascual. alicante

C. Pascual

«El cambio más social» es el lema de la convención que celebrarán el próximo fin de semana para hablar de educación, sanidad, políticas sociales y vivienda.

Para nosotros es muy importante hacer una convención social, porque en los años del Botànic ha dado la sensación de que las políticas sociales las sabían hacer los gobiernos de la izquierda y lo que queremos demostrar es que si algo ha caracterizado al primer año del gobierno de Mazón ha sido poner mucho énfasis en las políticas sociales, con muchos ejemplos claros como pagar a todos los centros sociales los retrasos acumulados y sobre todo en políticas como la vivienda, las desgravaciones, el plan de salud mental, haber reducido ya las listas de espera en Sanidad...

¿Buscan con la convención reforzar al partido para evitar que pierda punch por la acción de gobierno, como le pasó al PSPV?

Dentro del partido las cosas están funcionando muy bien, porque las personas que nos dedicamos sobre todo al aparato, al partido, no hemos entrado en el gobierno de la Generalitat Valenciana. Para nosotros es vital mantener el partido activo. Puedo dar un dato: al mes solemos visitar en conjunto unos cincuenta municipios de la Comunitat Valenciana, por lo que tenemos una actividad muy alta.

¿Cómo valora estos diez meses al frente del Consell?

Han sido muy positivos. Además, se ha aprobado el Plan Simplifica o la enseñanza gratuita de 0 a 3 años. A pesar de tener que hacer frente a muchas facturas en los cajones del Botànic, también se ha hecho una política muy ambiciosa, pensando en el bolsillo del ciudadano.

¿Se sienten cómodos con su socio, Vox? Han acumulado varias polémicas ya.

Hay un gobierno unido y solvente. En la legislatura anterior era noticia cuando se reunía Puig con Oltra, que era su vicepresidenta primera. Ahora el Gobierno de la Generalitat funciona en bloque. Hay muchísima comunicación entre todos los miembros del Gobierno. Aquellas discrepancias entre Vox y el PP, que las tenemos, se tienen que resolver en las Corts.

¿Se han visto arrastrados por políticas de Vox en este tiempo?

Creo que no. No hay ninguna decisión que haya tomado el gobierno de la Generalitat que haya menoscabado los derechos que tengan reconocidos cualquier colectivo de la sociedad valenciana.

Uno de los primeros asuntos en los que chocaron fue la violencia de género. ¿Comparten que se deba tratar como cualquier otra violencia?

Evidentemente, la ideología que tiene Vox con respecto al tema es totalmente diferente a la que tiene el PP. Pero también es cierto que a mí lo que me da muchísima tristeza es que la izquierda utilice el dolor de las víctimas para intentar hacer un relato político falso. Yo no puedo dejar de recordar que la izquierda votó a favor de reducir las penas de los violadores.

Ahora la polémica se ha reavivado por la asociación de hombres maltratados, cuyo registro contó con el visto bueno del Consell. ¿Comparte el objetivo de esa entidad? ¿Es como otra?

Eso es un claro ejemplo de buscar relatos falsos para intentar hacer política del dolor de las víctimas, que eso es lo que pretenden el PSOE y Compromís. Esa asociación a la que hacen referencia estaba registrada en la época socialista. La vicepresidenta ya dijo que legalmente puede estar inscrita, pero que eso no significa que se le den ayudas.

Hablando de víctimas, para controversia la ley de concordia. No la comparten los relatores de la ONU ni tampoco los expertos universitarios en la materia. ¿Hay opción real de cambios durante el trámite parlamentario?

Esa ley de concordia está en tramitación y, por tanto se pueden presentar enmiendas y se pueden estudiar. El PP siempre ha estado abierto a mejorar cualquier ley, porque creemos en el proceso legislativo. Creo que es importante apostar por la concordia, ir olvidando las cosas que más han dividido o han separado a la sociedad española. Pero también tenemos que explicar muy bien a la gente, especialmente a la joven, de dónde venimos. Al PP no le importa reconocer que Franco fue un dictador, que lo fue, que lo detestamos, pero tampoco tenemos que esconder a las víctimas de ETA.

Otro proyecto de ley polémico es el que afecta a À Punt. La oposición teme que busquen replicar el modelo de Canal 9...

Hoy la radiotelevisión cuesta mucho dinero y no la ven los valencianos porque el entramado administrativo que tiene hace imposible que esa televisión pueda funcionar realmente. Lo que pretendemos es hacer una televisión con la que sí se sientan identificados todos los valencianos y las valencianas, que se vea más y, sobre todo, que garantice muchísimos años de futuro a la televisión.

Usted, como valencianoparlante, ¿cree que existe en la calle una polémica real con el valenciano?

Tengo un dato objetivo, de un estudio de la Academia de la Lengua: en ocho años de imposición lingüística, el uso del valenciano ha caído en la Comunitat Valenciana. Significa que la ley valenciana de Compromís y del PSOE no ha funcionado. Lo que pretendemos es cambiar ese término de imposición por el fomento y la promoción del valenciano. Yo creo que dar libertad a un padre y una madre para que elijan cómo quiere que estudien sus hijos no es ir contra ninguna lengua.

Y de las elecciones en Cataluña... Su partido experimentó un incremento destacado desde su peor resultado histórico, el PSC por primera vez ganó en votos y escaños, el bloque independentista no logró conservar su mayoría... ¿Cree que supuso un portazo al procés?

Que el independentismo no pueda gobernar en Cataluña es una buena noticia, y eso no se puede negar. También hay más votos al bloque de la derecha, y eso es una tendencia que se está dando en España y que viene a marcar también cierto hastío con las políticas del ‘sanchismo’ en el país.

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