El coste por el daño de las inundaciones se duplicará en lo que queda de siglo

Un informe de la Unión Europea sitúa a la Comunitat Valenciana entre las regiones con mayor impacto por los fenómenos meteorológicos extremos

Alerta sobre la necesidad de adaptar las infraestructuras más críticas por el aumento del nivel del mar

El paseo marítimo de València inundado en las últimas lluvias torrenciales de septiembre.

El paseo marítimo de València inundado en las últimas lluvias torrenciales de septiembre. / Fernando Bustamante

El coste que provocarán las inundaciones se duplicará de aquí a final de siglo en la zona mediterránea, considerada un punto especialmente vulnerable a los efectos del calentamiento global. La Unión Europea sitúa a la Comunitat Valenciana entre las autonomías con daños más graves sobre infraestructuras y actividades económicas por culpa del cambio climático, en un litoral además densamente poblado. El aumento de las temperaturas hasta tres grados centígrados se traduciría en una factura que podría ascender a unos mil millones de euros anuales.

«La falta de acción rápida o eficaz para poner remedio a la emergencia climática ejercería un efecto devastador», según el último Informe Anual sobre el Estado de las Regiones y las Ciudades que acaba hacer público el Comité Europeo de las Regiones. La virulencia de las ya conocidas como lluvias explosivas provoca auténticos estragos en los núcleos urbanos, en unos episodios cada vez más más recurrentes. Buena prueba de ello, fue lo ocurrido el mes de septiembre en varios puntos de la comarca de la Ribera donde en apenas dos horas se llegaron a acumular entre 150 y 200 l/m2, con 90 litros caídos en menos de una hora.

La inacción ante la crisis ambiental se traducirá en un impacto que podría llegar a los 40.000 millones de euros en las regiones más afectadas de países como Italia, Irlanda, Polonia o Escandinavia. Si en la actualidad las consecuencias económicas se sitúan en torno a los 8.500 millones, la cifra podría aumentar a los 16.000 millones anuales si los termómetros superan los dos grados centígrados. Situación que en el caso de toda el área mediterránea «seguirá empeorando, especialmente en lugares ya expuestos a temperaturas elevadas y en la costa».

Inundaciones en Alicante

Inundaciones en Alicante / Efe

Tendencia preocupante

Las catástrofes vinculadas a fenómenos meteorológicos extremos provocan serios problemas en infraestructuras críticas como las redes eléctricas o de transporte, pero también en los sistemas de información y comunicación. «Si la tendencia no se invierte, será preocupante», incide el documento de la Unión Europea. De hecho, en uno de los apartados remarca que se observan «pocos indicios de mejora en el futuro inmediato». Los fenómenos meteorológicos adversos tienen una seria afección también en economías donde el sector agrícola tiene un importante peso como es el caso de la valenciana. Pedrisco, calor, viento y lluvia han ocasionado graves pérdidas en distintas cosechas tanto de regadío como de secano en lo que va de año, como han denunciado la Unió Llauradora y también AVA-Asaja. El turismo es otra de las patas a las que afectará si no lo está haciendo ya el incremento de las temperaturas en verano.

No son pocas las voces autorizadas, como la del catedrático de la Universidad de Alicante Jorge Olcina, que ante la amenaza creciente de las catástrofes naturales insisten en la necesidad de repensar las ciudades para evitar costes económicos cada vez más elevados e incluso la pérdida de vidas humanas.

En esa línea, el Comité de las Regiones de la Unión Europea incide en que el 90 % de las medidas que se están aplicando son de adaptación frente al 70 %, que van enfocadas a la mitigación.

La Unión Europea considera que son necesarias inversiones de unos 40.000 millones al año en los Estados miembros para adecuar los puntos más castigados a un aumento de 1,5 grados centígrados. «Desde la mejora de infraestructuras críticas para resistir inundaciones, a la adaptación de escuelas y hospitales par afrontar olas de calor o proteger las áreas costeras del aumento del nivel del mar», recoge el documento. Algo a lo que contribuye el progresivo calentamiento de la temperatura superficial marina, que en julio alcanzó valores no registrados desde 1982 en la boya de València, como certificaba el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM).

Suscríbete para seguir leyendo