Análisis

El valenciano inestable

El PP intenta desde el Consell una lengua de la administración más cercana al registro oral sin salirse de la norma de la AVL, mientras Vox vuelve a presionar para que otra ortografía sea aceptada fuera de los usos oficiales

El president Mazón se reúne con la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verònica Cantó.

El president Mazón se reúne con la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verònica Cantó. / Biel Aliño

Alfons Garcia

Alfons Garcia

Se aproximan el Nou d’Octubre y la conmemoración de los 40 años de la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià. Tiempo de analizar la actuación del nuevo Consell con respecto a la lengua propia en sus más de dos meses de gestión. Ya no son anuncios electorales. El tiempo ha ido desvelando la posición del nuevo Gobierno sobre el valenciano. A día de hoy, queda clara una posición doble, que podría ser complementaria en algún caso. Vox ofrece la suya como una política «consensuada» y el PP marca distancia de ella mientras intenta centrar la cuestión en su propuesta.

El president de la Generalitat, Carlos Mazón, definía con precisión la posición ‘oficial’ en su entrevista con Prensa Ibérica del 24 de septiembre. Su objetivo es un valenciano de la Generalitat (el lenguaje de la administración) más próximo al registro hablado que el que ha operado desde 2015, pero sin salirse de la normativa de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Pide además colaboración a la misma para pactar esos criterios del valenciano ‘oficial’, si bien es facultad de cualquier gobierno definir su modelo de lengua administrativa. El objetivo ahora es alejar la expresión escrita de la que pueda utilizarse en Barcelona o Palma de Mallorca sin salirse del marco aceptado por la AVL

Al tiempo, Educación (cartera en manos del PP) ha puesto en marcha una reforma de la ley del Plurilingüismo a través del proyecto de ley de Acompañamiento de los presupuestos para reducir la enseñanza en valenciano en las zonas castellanohablantes. A través del mismo procedimiento pretende la supresión de la Oficina de Derechos Lingüísticos y del Consell Social de les Llengües.

Vox, después de unas semanas de repliegue tras los incendios iniciales, ha vuelto estos días sobre el valenciano con una proposición no de ley para dar reconocimiento oficial a los títulos de valenciano de las entidades que no aceptan la tutela de la AVL y plantean una normativa diferente (las Normes del Puig, contrarias a la unidad de la lengua reconocida por todas las universidades). Básicamente, Lo Rat Penat y la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV). Vox asegura que es un planteamiento «de gobierno», «consensuado» con el PP, según uno de los dirigentes de la formación, José María Llanos. Los ‘populares’ se desmarcan: evitan un pronunciamiento.

Última propuesta de Vox

Según lo expuesto por Llanos, no se trata de ir «contra nadie» (o sea, contra la AVL), sino abrir la mano más allá de la Administración. De esta manera, la propuesta pasa por aceptar la normativa de la AVL en la producción de documentos de la Administración (así lo establece el Estatut d’Autonomia) , pero tolerar más allá de esos límites ‘otro’ valenciano. Hay que tener en cuenta que la ley de creación de la Acadèmia (aprobada en 1998, durante el mandato de Eduardo Zaplana, en tiempos de mayoría del PP) plantea incluso la prohibición de conceder ayudas públicas a las entidades que utilicen otra normativa (artículo 5).

¿Hasta dónde llega la lengua de las administraciones? Es una de las dudas que el proyecto genera. Por ejemplo: ¿sería aceptable la ortografía de la RACV para optar a un premio literario oficial?

¿Qué ha hecho también Vox en este tiempo con la lengua? Emitir mensajes en X en una normativa difícil de definir por parte de su conseller de Agricultura. Y también en estos dos meses largos, los socios radicales han amagado con una propuesta en el Ayuntamiento de Alicante para que esta ciudad pase a ser de predominio lingüístico castellano. De momento, ha quedado aparcada. El PP no ha pasado por ahí tras una importante respuesta social.

La cuestión de fondo es la resistencia de una lengua en retroceso sometida a vaivenes sobre su normativa

Esta es la panorámica de lo sucedido en torno a la lengua autóctona desde el 19 de julio. 

La cuestión de fondo bascula de este modo sobre la resistencia de una lengua en retroceso (eso dicen las últimas encuestas sobre uso social) sometida a vaivenes y titubeos sobre su normativa. ¿Puede ser favorable el ‘todo vale’ ortográficamente a la expansión del idioma? El prestigio social es otro de los elementos en riesgo en esta vacilación normativa.

Rafael Chirbes, quizá el autor contemporáneo más demoledor a la hora de retratar la condición valenciana, decía que la tierra (esta) lleva la inestabilidad impregnada hasta en el nombre (Comunitat, País, Reino, Valencia a secas…) La lengua (la propia y minoritaria) parece también abonada a una inestabilidad de consecuencias peligrosas. 

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