La escoleta de verano, la «salvación» para conciliar

La oferta de empresas educativas y de ocio es la clave para que los padres puedan conciliar hasta las vacaciones de agosto

Algunos participantes en una escola d’estiu municipal y otra de Save The Children, en sendas fotos de archivo del año pasado. |

Algunos participantes en una escola d’estiu municipal y otra de Save The Children, en sendas fotos de archivo del año pasado. | / Levante-EMV

¿Qué hacer con los pequeños de casa si el colegio se ha acabado y los mayores no tienen vacaciones hasta finales de julio o agosto? Esta es una pregunta que muchas familias se hacen cada año, ante la llegada del periodo estival. La respuesta está en las escoletas y campamentos de verano, que suponen una «salvación» estos días.

La escoleta de verano supone una «salvación» para las familias

La escoleta de verano supone una «salvación» para las familias / miriam bouiali. valència

Así lo explica a Levante-EMV Lara, una mamá de dos niñas que irán todo este mes a la escoleta. «Si no fuera por eso, no sé qué haríamos», apunta, ya que necesita que alguien las «cuide» hasta las 14 horas, mientras trabaja. Por eso, para la mayor apostó por una opción con «deberes inglés, pintura, baile, piscina... un poco de todo», mientras la pequeña sigue en la escuela infantil.

Rafael Ortega, presidente de la Asociación Valenciana de Empresas de Actividades Extraescolares, Ocio y Tiempo Libre (Pavaex), también constata que las familias necesitan las escoletas «para conciliar la vida laboral y familiar». Según apunta, generalmente se inscriben niños y niñas de tres a 12 años (correspondientes a las etapas de Infantil y Primaria), y calcula que cerca del 60 % acuden a una escoleta en estos días. Que se lo pasen bien y estén atendidos son las prioridades, aunque también en muchos casos sirven para ‘descargar’ a los abuelos durante algunas horas, como dice Lara, que también valora que, durante unas horas, sus hijas puedan «relacionarse con otros niños». Como en el caso de esta familia, Ortega asegura que las próximas semanas son las más demandadas por los padres y madres. «Es un tema de conciliación, la mayoría los inscriben porque trabajan y tienen la necesidad de que sus hijos tengan actividades, que también sumen y les aporten algo positivo».

Por eso, según las necesidades, asegura que no es habitual que los niños y niñas estén todo el mes de julio al completo. «Lo normal son los últimos días de junio y la primera o segunda quincena de julio, porque muchos se distribuyen las vacaciones entre julio y agosto», afirma. Por esto, lo más común es que las escoletes y campamentos estén «prácticamente llenos hasta el 15 de julio».

Que lo pasen bien y estén atendidos son las prioridades pero también 'descargar' a los abuelos

Hasta la hora de comer

La oferta organizada por empresas suele contar con «talleres lúdicos, en los que prima la diversión, el ocio y el deporte» y, en algunos casos, también tienen una temática transversal específica, como los idiomas —el inglés— o la tecnología, que ha cobrado fuerza los últimos años por el impulso de las STEM , a través de la robótica o la programación computacional». «Siempre con el ocio como base, para que, después del curso escolar, los niños interactúen más con sus compañeros y hagan actividades en las que disfruten del tiempo libre», aseguran desde Pavaex. De hecho, en esto incide la federación de Ampa Gonzalo Anaya: «estas opciones tienen que ser una experiencia que no implique una extensión del ámbito académico. Tienen que respetar el derecho al descanso de las niñas y niños, su tiempo de juego y socialización».

Habitualmente, los horarios son de 9:00 a 14:00 horas y en ciudades grandes, como València, este servicio se ofrece en muchos centros educativos, por las mismas empresas que se encargan de las extraescolares. En municipios más pequeños, suelen organizarlas las concejalías de Educación y Juventud, en algunos casos con fondos europeos y aprovechando instalaciones como el polideportivo o la piscina, con oferta también para adolescentes y actividades como campus deportivos, indica Ortega.

Como recuerda, el sector se divide en empresas dedicadas al ocio y tiempo libre, que también organizan escoletes en Navidad y Pascua y para las que estos periodos suponen una parte importante de su trabajo; pero también hay otras, de un perfil más educativo, que realizan talleres en los colegios durante todo el curso, por lo que su facturación no depende solo de estas fechas. Asimismo, destaca que el sector contribuye al aumento de la contratación en verano y supone la primera oportunidad laboral para muchos jóvenes.

Opciones para todos

La implicación de los municipios es, según Ortega, una «pieza clave» para que puedan realizarse las escoletes en muchos municipios. No obstante, desde la Gonzalo Anaya, las familias piden que estén «más y mejor apoyadas por las administraciones públicas, con alternativas para que los hijos e hijas de las familias más vulnerables y con pocos recursos no se queden fuera por motivos económicos». Por esto, cada verano hay iniciativas como la escuela de Save The Children o el programa CaixaProinfancia, de la Fundación «la Caixa», que también incluye campamentos y colonias.

Por otro lado, más allá de los centros educativos, también está la apuesta de instituciones como el Oceanogràfic, el Centre del Carme o la Universitat Politècnica de València, que también acogen a escolares estas semanas; el campus deportivo del Colpbol, en Foios, y los scouts o asociaciones ligadas a parroquias, que organizan campamentos en albergues o la montaña.