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Bruselas avisa del estancamiento valenciano durante 14 años frente a la media europea

La autonomía registra el menor crecimiento per cápita desde 2001 en España y mantiene baja su competitividad frente a la creciente concentración económica en capitales como Madrid - El informe de la CE alerta del riesgo de que se amplíe la brecha entre regiones

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El futuro no está escrito, pero el último informe de la Comisión Europea sobre la convergencia económica y social entre las regiones de la UE sitúa a la Comunitat Valenciana entre los territorios atrapados en una «trampa del desarrollo» que se prolonga demasiado en el tiempo. Este es el término con el que Bruselas alerta de los bajos niveles persistentes de crecimiento y del déficit de productividad que impiden a determinadas zonas (especialmente en el sur de Europa) equipararse con las más desarrolladas a pesar de los fondos inyectados por las instituciones comunitarias para garantizar la cohesión.

En concreto, la Comunitat Valenciana se mantiene en el grupo de las «regiones en transición» que experimentan un dinamismo económico estancado, puesto que ha registrado cifras de crecimiento anual inferiores a la media de la UE durante un periodo de entre 10 y 14 años desde 2001 y sigue siendo menos competitiva en términos de costes. En las dos últimas décadas esta es la autonomía española que ha experimentado un crecimiento más negativo (inferior a cero) y también figura en el equipo de las que han registrado la tasa de ocupación más baja, inferior al 66 %. Aspectos que se explican en gran medida por la histórica infrafinanciación del Estado que sufre la demarcación.

También han crecido por debajo del promedio en la última década otras regiones como Cantabria, Castilla y León, Aragón, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares, Madrid y Cataluña, aunque estas dos últimas autonomías partían con ventaja en términos de un mayor desarrollo. Los mejores resultados en materia de convergencia corresponden a Galicia, Asturias, País Vasco y Extremadura, que permanecen menos de diez años en esa llamada «trampa del desarrollo», mientras que La Rioja y Navarra son las comunidades peor paradas, puesto que han sufrido entre 15 y 19 años de estancamiento o declive.

El informe pone el foco en la creciente concentración de la actividad económica y el empleo que se ha producido entre 2001 y 2019 en las regiones de las capitales estatales especialmente en el sur de Europa (como es el caso de Madrid), puesto que han registrado un crecimiento mayor del PIB y del empleo per cápita que el resto. Las disparidades regionales siguen siendo mayores que antes de la crisis de 2008.

La receta a largo plazo que ofrece la Comisión Europea a los territorios «estancados» para reducir la brecha y aumentar la productividad y el empleo consiste en reformar el sector público, potenciar una población activa más capacitada y aumentar la capacidad de innovación. El documento también subraya la necesidad de ayudar a estas zonas «a ser más dinámicas» para «reducir las desigualdades regionales». De lo contrario, las trampas del desarrollo regional pueden plantear un grave riesgo para el futuro de la UE, puesto que, según avisa Bruselas, se está generando «una geografía creciente del descontento». «Los resultados económicos inferiores a la media y la falta de oportunidades de empleo están teniendo costes sociales y causando un resentimiento político hacia lo que se ve como un sistema que no beneficia a las zonas que se están quedando atrás», subraya el ensayo.

El peligro del desencanto

Otro estudio más reciente que ha aireado esta semana el Comité Europeo de las Regiones hace hincapié en otro riesgo a tener en cuenta: la falta de participación de los entes regionales y locales en los fondos del plan de recuperación económica postcovid puede ampliar la brecha territorial en Europa. El informe señala a la Comunitat Valenciana entre las regiones en las que más disminuyó el valor añadido bruto regional y en las que más impacto sufrió el PIB en el primer año de la pandemia (2020). Más recientemente, la inflación y la situación generada por la guerra de Ucrania amenazan con agravar el estancamiento del que advierte la Comisión Europea.

Las regiones atrapadas en una «trampa del desarrollo» también tienden a registrar mayores tasas de dependencia en la vejez y un menor dinamismo demográfico. De hecho, para el territorio valenciano se pronostica el mayor crecimiento previsto de la población de más de 65 años hasta 2030 por el envejecimiento de la población. En todo caso, el informe sitúa a la C. Valenciana entre las regiones moderadamente innovadoras y con un índice europeo de calidad del gobierno en aumento, dos factores positivos en el camino hacia la convergencia. El documento aboga por reforzar el papel de las regiones en el panorama europeo, por ayudarles a responder al cambio demográfico y por aumentar la eficacia de las políticas locales y los vínculos urbano-rurales.

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