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Análisis

El plan de Puig de unidad para la recuperación examina este curso la cohesión del Consell

El jefe del Consell pretende que el debate de política general de esta semana sitúe la agenda en la reconstrucción económica - Intenta atraer a la oposición sin alejarse del espíritu "botánico"

Ximo Puig, en su despacho en el Palau, durante la preparación del debate de política general. levante-emv

Que nadie espere un giro de timón mañana en las Corts. Habrá promesas y proyectos (los ximoanuncios con los que ironiza la oposición conservadora), por supuesto, que no en vano se trata del debate parlamentario del año, pero Ximo Puig no se moverá de su estrategia de máxima unidad política para salir de la crisis por la pandemia. Es lo que en estas horas previas se cuece en los despachos del Palau de la Generalitat, aseguran miembros del equipo del president. Pasar de la gestión cruda de la emergencia a enfocar la recuperación económica de «un país que se ha de mantener abierto mientras lucha por dominar la epidemia» es la clave de bóveda del discurso que debe marcar el inicio del curso político. La cita, una de las grandes en el calendario parlamentario, llega en uno de los momentos de más tensión interna, con diferencias sobre las anclas en las que el Gobierno ha de sostener su línea para los próximos meses. Puig quiere hacer valer los acuerdos de reconstrucción (Alcem-nos) firmados con todos los partidos (salvo Vox), los agentes sociales y todas las instituciones. Pero ese discurso lleva pareja una vocación de máxima unidad política que no convence a los socios en el Consell. Compromís y Unides Podem defienden un camino de salida de la pandemia «puramente botánico». Intentar sumar a PP y Ciudadanos (en estos se posan todas las miradas) no debe condicionar las políticas a adoptar, argumentan. El largo comunicado tras la última reunión de las cúpulas de Podemos y EU ni siquiera mencionaba los acuerdos de reconstrucción.

En el trasfondo está la hipótesis de un futuro cambio de alianzas electorales para gobernar: que los socialistas viren hacia Cs. Puig, que ha rechazado ese escenario, intentará a partir de mañana ir al copo: defender la senda botánica y conseguir la mayor unidad política a través del contenido de los acuerdos de reconstrucción. Una difícil cuadratura del círculo que lo reafirma en el centro del tablero político valenciano y subraya su perfil de moderación y diálogo. El riesgo está en los cristales rotos que esta posición puede dejar en un tripartito cada vez más sincero y transparente sobre sus diferencias internas. La vicepresidenta del Ejecutivo y líder de Compromís Mónica Oltra admitía hace una semana en estas páginas que las relaciones no están igual que en la primera legislatura. Las réplicas de Compromís y Unides Podem al discurso de Puig cobran así especial interés este año. El president intentará seducir a los socios con un mensaje de salida de las crisis netamente keynesiano, de impulso de la inversión pública y de refuerzo de la protección social, diferente al de la última recesión. La coordinadora autonómica de Podemos, Pilar Lima, intervino ayer en el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos y no ocultó su preocupación por la «deriva» del PSPV en la C. Valenciana al acercarse a Cs, partido con el que temen que los socialistas puedan negociar los presupuestos autonómicos. Por ello, dio un toque de atención a sus socios en el Consell ante el vicepresidente Pablo Iglesias. Advirtió al PSPV que las cuentas autonómicas no se negociarán con Ciudadanos sin antes tener una propuesta acordada por las tres fuerzas botánicas. El primer encuentro para trabajar en las partidas presupuestarias será el día 30 de septiembre en la sede de Podem, donde también asistirán los socialistas.

Ese acuerdo, sellado por PSPV, Compromís y Unides Podem, sería «incompatible» con el bloque de derechas, por lo que Lima apeló a los socialistas a «cumplir» con el Botànic II y a liderar la concreción del acuerdo para los presupuestos. «Mientras Ciudadanos no abandona el tono de crispación y el ataque frontal al Botànic, y defiende la sanidad y las residencias privadas, no se entiende que el PSPV haga estos giros hacia fuerzas políticas que mantienen una posición desestabilizadora», reprochó Lima en su intervención. En la misma dinámica que en el Congreso, los morados temen el coqueteo de los socialistas con Ciudadanos y las «presiones» que los de Toni Cantó están ejerciendo sobre los del president Ximo Puig. Estarán vigilantes -dijo- para no retrasar proyectos como la futura reversión a la gestión pública del Hospital de Torrevieja. La gestión privada vence en 2021. Cantó esta semana salió en defensa de la privatización al ser uno de los centros sanitarios con menos lista de espera. «Así es como la ideología sectaria del tripartito puede fulminar de un plumazo la buena gestión. Nos tendrán enfrente», escribió. Por otro lado, ayer el conseller Vicent Marzà, en una entrevista en Efe también defendió que el presupuesto debe ser «botánico»y a partir de ahí debatirse con otros partidos.

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