La temperatura del mar alcanzó en julio el valor máximo desde 1982

Los registros medios estuvieron todo el verano por encima de la serie histórica y en agosto la boya del puerto de València se situó en 29,37 ºC

El calentamiento acumulado es de 1,5 º C

Esto es lo que pasa en la playa del Port de Sagunt cuando el calor nos hace olvidar que ya es otoño

Esto es lo que pasa en la playa del Port de Sagunt cuando el calor nos hace olvidar que ya es otoño / Daniel Tortajada

La temperatura media del Mediterráneo alcanzó a mediados de julio su máximo diario desde 1982, con 28,1 ºC. Las mayores anomalías se dieron a finales de ese mes, con hasta 3 ºC. Durante todo el verano los registros medios se mantuvieron claramente por encima de los valores climáticos. Ya en junio se detectaron patrones propios de la estación estival. Nada extraño pues durante la primavera, especialmente en marzo y abril, el calentamiento persistió con 0,5 ºC de promedio como certifica el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM).

Los registros más altos se sucedieron a mediados de julio en el golfo de Valencia, la costa alicantina, el mar de Alborán así como el litoral de Marruecos y Argelia. La anomalía de 1,9 º C es la más alta desde que hay mediciones para este mes, superando a la del año anterior, que había sido ya también la mayor (1,7º C) desde 2015 (1,4 ºC). Posteriormente se detectó un descenso pronunciado hasta principio de agosto para de nuevo subir fuertemente. De hecho, la boya del puerto de València llegó a los 29,37 ºC, a menos de 6 décimas de superar el récord de 29,94 ºC, establecido el 11 de agosto de 2022.

Situación similar

Durante todo agosto se mantuvo una situación muy similar a julio. Los valores medios superaron los 24 ºC en toda la cuenca mediterránea, salvo en el golfo de León, quedando en general por encima de los típicos del momento estacional. El calentamiento acumulado desde hace cuatro décadas es de 1,5 ºC durante la época estival, dato preocupante pues desde el punto de vista climático el Mediterráneo y sus interacciones con la atmósfera juegan un papel fundamental en sus condiciones ambientales. «Es crucial estudiar el comportamiento del Mediterráneo en el pasado y monitorear su situación actual para entender los posibles escenarios futuros en la región», según el último informe.

Francisco Pastor Guzmán, investigador del Departamento de Meteorología y Climatología del CEAM subraya la evidencia de los datos tras estas nuevas mediciones. «No hay discusión posible, la temperatura superficial marina puede bajar o subir pero los registros cada vez son más cálidos», remarca. La tendencia del verano, además, se mantuvo en septiembre y de nuevo en lo que va de octubre.

Las olas de calor marinas son cada vez más frecuentes, más intensas y también más extensas, un fenómeno ya generalizado en el litoral mediterráneo con especial afectación en el golfo de València.

Esto es lo que pasa en la playa del Port de Sagunt cuando el calor nos hace olvidar que ya es otoño

Esto es lo que pasa en la playa del Port de Sagunt cuando el calor nos hace olvidar que ya es otoño / Daniel Tortajada

La investigación, a través del satélite, demuestra la interacción entre el mar y la atmósfera. La consecuencia es la debilidad de las brisas marinas al no haber contraste entre la tierra y el agua. De ahí la sucesión de noches tropicales, que han persistido incluso con la entrada en el otoño. En lo que va de año la Agencia Estatal de Meteorología contabilizaba más de cien noches tórridas.

Lo cierto es que desde Aemet se apuntaba que la estabilidad, la entrada de masas de aire subtropical, la poca agitación del mar y la ausencia de tormentas de las últimas semanas han dado lugar a que el mar Balear esté con una temperatura media de 25 º C. Unos valores no registrados desde al menos 1940. En esta situación, remarcan, es lógico que las brisas marinas sean también muy suaves. De ahí la sensación asfixiante por la noche.

Numerosos récords

La Agencia Estatal de Meteorología destaca de este mes de octubre que ha sido el de los récords. «Se trata, posiblemente, del episodio cálido más anómalo en España desde que hay registros», apuntaba. Durante las dos últimas semanas la temperatura media alcanzada sobre el conjunto peninsular ha rondado los seis grados por encima del promedio 1991-2020. En el caso de las máximas, se han registrado los diez grados de anomalía desde prácticamente el pasado 28 de septiembre, destacaba Agencia Estatal de Meteorología.

Vivir con los termómetros disparados ha sido la tónica dominante de este 2023. Una situación que ya se dio a finales de abril y en la ola de calor del 18 al 25 de agosto, en ambos casos aproximadamente entre cinco y siete días de duración. En España un total de 65 días del presente año y del pasado han sido los más calurosos desde que hay registros a fecha 9 de octubre. «Se habló de que 2022 fue el ejercicio más caluroso desde que hay registros. A día de hoy, 2023 ya lo ha rebasado y es muy probable que esto se confirme a finales de año», según Pedro Oria Iriarte, delegado territorial de Aemet en Navarra.