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Armada

El agónico naufragio que estremeció Dénia

El hundimiento hace 216 años de la fragata Guadalupe en les Rotes, en el que murieron al menos 107 tripulantes, constató que la ciudad necesitaba un puerto

El agónico naufragio que estremeció Dénia

Los marineros de Dénia todavía hoy se estremecen cuando se les habla de la Guadalupe. El naufragio de esta fragata de la Armada de Carlos IV ha quedado grabado en el imaginario de la ciudad. Es la mayor tragedia naval ocurrida en su costa. El próximo 16 de marzo se cumplirán 216 años del agónico naufragio. Dénia recordará aquel desastre, en el que murieron al menos 107 tripulantes (otros 40 desaparecieron), con unas jornadas históricas y una ofrenda de flores en la Punta del Sard, que fue donde encalló, en una negra noche de tormenta, la Guadalupe.

El director del Museu Arqueològic de Dénia, Josep Antoni Gisbert, afirma que este naufragio marcó «el devenir de la historia de Dénia». La Guadalupe huía de dos barcos ingleses que la superaban en fuerza de artillería. Y eso que esta fragata era una de las joyas de la corona. Botada en 1786 en la Habana, imponía con su quilla de 39 metros forrada de cobre. A bordo iban 327 oficiales y marineros. 34 cañones asomaban por las troneras del casco. Además, el buque, de 48 metros de escolara y 12,9 de manga, disponía de seis obuses.

«La tragedia fue un referente a lo largo del siglo XIX para justificar ante las Cortes y la Corona la necesidad de que Dénia contase con un puerto construido, que sería una realidad a finales del siglo XIX», explica Gisbert.

El capitán de la Guadalupe ignoraba dónde se metía cuando trató de dar esquinazo a sus perseguidores refugiándose en el escarpado litoral de les Rotes. La Guadalupe encalló a las 4 de la madrugada en la Punta del Sard. La tripulación no presentía lo que se les venía encima. Pasaban las horas y la tempestad se hacía más violenta. Cuando amaneció, el casco ya sufría numerosas vías de agua. Los marineros de Dénia se echaron al mar para auxiliar a los náufragos. Pero, tras llevarles en las primeras horas aguardiente y vino, ya no pudieron arrimarse al buque, que se partió en tres pedazos a las 4 de la tarde y se fue a pique. Los vecinos ayudaban desde la costa a los tripulantes que salían heridos, pero vivos, del infierno de olas, amasijos del buque y rocas.

En museo de Dénia realizó una prospección subacuática en 1998 y 1999 y, tras peinar 8.000 metros cuadrados, documentó cinco sectores con vestigios del barco. Se hallaron 19 monedas de plata y una de oro, el Tresoret de la Guadalupe, así como balas y restos de los cañones y desvencijadas cuadernas.

El navío se hizo añicos. Su experimentada tripulación subestimó el peligro de un temporal en la costa de les Rotes de Dénia.

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