Jordi Ruiz, Castelló El presidente provincial del PP y de la Diputación, Carlos Fabra, no pudo escoger peor día para presentar las enmiendas a los presupuestos generales del Estado. Mientras pedía al Gobierno 600 millones para ejecutar el trasvase del Ebro, su partido corregía en Madrid la enmienda para que el dinero vaya al trasvase Júcar-Vinalopó.

El estupor era ayer evidente en el PP provincial. En esta ocasión, el presidente no hizo gala de su habitual locuacidad y evitó hacer declaraciones, pese al requerimiento de este diario. En su entorno aseguraron que está «estudiando» el tema. El vicepresidente Vicent Aparici no ocultó su sorpresa por la noticia, aunque eludió realizar comentarios. Los diputados del PP por Castelló estuvieron todo el día ilocalizables.

Y es que esta marcha atrás desmonta y deslegitima toda la campaña reivindicativa del PP a favor del trasvase a Castelló. Fabra lo tendrá difícil para justificar a su partido y, al mismo tiempo, mantener su furibunda campaña. Además de las pancartas en la Diputación, ha interpuesto un contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional para que se reconozca a Castelló el derecho al agua del Ebro y a constituir un consorcio para gestionar estos recursos. Ha impulsado varias mociones y ha sido uno de los miembros del PP más beligerantes en este tema. «Sentido común» En las filas socialistas, acostumbrados a recibir estopa en este tema, se regodearon al ver cómo se vuelven las tornas. El director general de Acuamed, Adrián Baltanás, se congratuló de que PP « haya entrado en el ámbito del sentido común y se incorpore a la opinión de todas las fuerzas políticas». «Estamos plenamente satisfechos porque parece que el PP reconoce que el trasvase no es una solución viable y que la solución está en el programa AGUA, que puede mejorarse con propuestas que haga el PP y que serán bienvenidas» .

El subdelegado del Gobierno en Castelló, Antonio Lorenzo, lamentó la «irresponsabilidad» del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, cuyos dirigentes «han quedado retratados ante la opinión pública tras la pirueta realizada al retirar esa enmienda ». Después lo ocurrido, dijo, «cabría decir que el PP valenciano es rehén del tripartito catalán, y muy especialmente de Carod-Rovira».

El diputado socialista en el Congreso Jordi Sevilla interpretó la retirada de la enmienda «como un reconocimiento explícito de que el PP nunca ejecutaría ese proyecto en el caso de que llegara a gobernar en España» . «Evidencia el engaño que ha supuesto la reivindicación constante del trasvase del Ebro que ha mantenido el PP valenciano, y en la que ha destacado la Diputación de Castelló, que ha invertido dinero público en reivindicar el trasvase con pancartas desde los balcones del palacio provincial» , añadió.

La diputada provincial del BLOC, Maria Gràcia Molés, afirmó que el PP «está resultando un auténtico modelo de incoherencia política». «Ahora resulta que su grupo en el Congreso retira una enmienda que había presentado a los presupuestos generales del Estado a favor del trasvase del Ebro y luego dice que la había presentado por error», manifestó la diputada.

J. A. Blay,/J. Sierra Madrid/Valencia El presidente del Partido Popular de Aragón, Gustavo Alcalde, presionó personalmente a Mariano Rajoy con el fin de que el grupo parlamentario popular en el Congreso de los Diputados retirase una de sus enmiendas al proyecto de presupuestos generales del Estado para 2008 en la que se pedían 600 millones de euros para la ejecución del trasvase del Ebro, según dijeron a Levante-EMV fuentes parlamentarias de la formación conservadora. Las gestiones de Gustavo Alcalde fueron explícitas: el pasado sábado amenazó con no asistir al acto celebrado en la Feria de Valencia para resaltar la proclamación de Mariano Rajoy como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno. Alcalde, respaldado por la dirección del partido aragonés, logró otra de sus peticiones: que Rajoy no mencionase el trasvase durante su intervención ante la estructura nacional del partido presente en el acto.

Finalmente, Alcalde y varios dirigentes del PP aragonés, formación que está en la oposición en las principales instituciones aragonesas, asistió al acto de Valencia. Por indicación de Rajoy, según las fuentes consultadas, el dirigente popular de Aragón «negoció» con Eduardo Zaplana, portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, la fórmula para superar la situación. «Se le dieron todo tipo de excusas para justificar las razones por las que se había colado la polémica enmienda y se acordó la solución conocida» , añadieron. No hay explicaciones El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte y la portavoz de Medio Ambiente, María Teresa de Lara explicaron ayer en el Congreso una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en la que se reivindica el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y se ofrece, según dijeron, una respuesta «eficaz, coherente y solidaria» a las necesidades del agua en España.

El texto propone que el Gobierno «en un plazo no superior a 12 meses, procederá a la actualización del PHN para dar una respuesta eficaz, coherente y solidaria a las necesidades de agua en España que contemple, sin apriorismos, todas las posibilidades técnicas para mejorar la gestión y reutilización de las aguas, así como las transferencias de recursos hídricos sobrantes disponibles de las cuencas excedentarias a las deficitarias en virtud del principio de solidaridad interterritorial».

Ni Martínez Pujalte ni Mª Teresa de Lara ofrecieron explicaciones sobre el «error» que les llevó a presentar una enmienda a los presupuestos reclamando 600 millones de euros para el trasvase del Ebro a la Comunitat Valenciana.

Tras las presiones de los dirigentes del PP en Aragón, la enmienda fue modificada y donde ponía «trasvase del Ebro» se puso, a petición del diputado y portavoz adjunto Martínez Pujalte «trasvase Júcar-Vinalopó» .