A su regreso a España, la secretaria general de ERC, Marta Rovira ha sido muy clara.”Estamos aquí para terminar lo que empezamos”, es decir, conseguir la independencia. En los mismos términos se ha expresado uno de sus acompañantes. “Volvemos del exilio y regresamos a un territorio ocupado”.

Entiendo que esa es la normalidad a la que se refería el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, cuando concedió los indultos, rebajó el delito de malversación y aprobó la Ley de Amnistía, tras otras cesiones al independentismo catalán.

Obvia decir que ni estaban en el exilio sino huidos de la justicia o fugados, si lo prefieren, por cometer varios delitos ni España les ha ocupado ningún territorio porque Cataluña forma parte de España, les guste o no a los independentistas.

ERC ha dejado de tener la influencia política que tenía antes y ha perdido el gobierno de la Generalitat de Cataluña, entre otras razones porque los catalanes les han dejado de votar, así funciona la democracia y han apostado por el PSC, ganador de las elecciones catalanas,  que sigue sin poder formar gobierno por el bloqueo de ERC que sigue utilizando sus siete diputados en el Parlamento español  como moneda de cambio para chantajear al Gobierno de Pedro Sánchez con una financiación singular para Cataluña o lo que es lo mismo: dejar sin financiación y recursos al resto de CCAA, entre ellas la valenciana, la peor financiada históricamente de todos los territorios de España.

Sánchez que no escondía su alegría después de que Vox rompiera con el PP en varias CCAA donde gobiernan en coalición, pedía al partido de Feijóo que rompa definitivamente con Vox, sin hacer el mismo una lectura en clave personal para aplicarse la misma receta que pide para otros y es romper con sus socios de gobierno.

Tras la llegada de Marta Rovira a España, cuyos delitos han sido amnistiados por el Gobierno con la Ley de Amnistía,  el próximo en regresar será Carles Puigdemont, una vez se despeje la duda sobre si es amnistiable o no el delito de malversación y donde el Tribunal Supremo y el Constitucional mantienen opiniones dispares. Si hacemos caso al Tribunal Supremo, el delito de malversación no cabe en la Ley de Amnistía por lo que sigue vigente la orden de detención contra Carles Puigdemont, y por tanto, podría ser detenido, si pisa territorio español.

Aunque los números no le dan para ser elegido  presidente de la Generalitat de Cataluña, salvo que ERC decida apoyarlo y cambie de opinión al igual que tendría que hacer el PSC, Puigdemont quería regresar a Cataluña para una hipotética investidura.

El escenario más probable, si finalmente ERC no apoya la investidura de Salvador Illa es ir a una nueva repetición electoral. Todo va a depender de lo que esté dispuesto a ceder Pedro Sánchez y si está dispuesto a concederles esa financiación singular que reclaman, que no es otra cosa que poder administrar todos los impuestos.

En este contexto de incertidumbre política en que se mueve la política española desde que se acabaron las mayorías absolutas, donde también se han visto arrastradas las CCAA donde los populares gobernaban en coalición con Vox, después de que el partido de Abascal decidiera romper unilateralmente sus pactos, por la decisión del PP de acoger a los menores inmigrantes procedentes de Canarias donde también otra comunidad, como es Cataluña se ha negado a esa acogida de inmigrantes menores de edad. Para el Gobierno, racistas y xenófobos solo son los de Vox con los que Núñez Feijóo debe romper todos los pactos. ¿Será porqué Pedro Sánchez necesita los votos de ERC y Junts para continuar en La Moncloa? Lanzo la pregunta.