La decisión de Santiago Abascal que ha radicalizado aún más su discurso desde que salió a la palestra Alvise y su partido SALF, de romper con el PP en aquellas CCAA donde gobiernan en coalición con los populares, como es el caso de la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Murcia o Extremadura es una buena noticia para el partido de Alberto Núñez Feijóo que se ha mantenido firme en su decisión de acoger a los menores inmigrantes procedentes de Canarias, pese a las amenazas reiteradas de Vox de romper los pactos con el PP.

Finalmente, la amenaza se ha cumplido, aunque muchos cargos públicos de Vox no comparten la decisión de Santiago Abascal.

Personalmente, creo que Abascal no solo se ha pegado un tiro en el pie sino que ha cavado su propia tumba y también la de su formación. Por motivos diferentes, pero a Vox le puede pasar lo mismo que le ocurrió a Ciudadanos y a Podemos y termine convirtiéndose en un partido residual en el parlamento español, incluso que desaparezca.

Con esta decisión que, seguramente, obedece a una estrategia electoral después de los malos resultados que viene cosechando la formación ultra, Vox da un paso más hacia su radicalización después de que el partido de Abascal se haya unido con Orban, Le Pen y Salvini a un nuevo grupo parlamentario en el Parlamento Europeo, Patriotas por Europa, que se convertirá en  la tercera fuerza, superando a ultraconservadores y liberales y donde la presidenta de Italia, Giorgia Meloni  representa ahora el ala más moderada de la ultraderecha, después de moderar mucho su discurso.

Se abre ahora una legislatura para el PP de gobiernos en minoría donde va a necesitar el apoyo de otros grupos para sacar adelante sus leyes, aunque la opción de nuevas elecciones, como le han pedido Compromís y el PSPV, no es descartable.

El PP respira hondo después del lastre que suponían sus acuerdos con Vox y se abre un periodo de centralidad y de búsqueda de acuerdos con otras formaciones políticas que son las que le pueden llevar a La Moncloa.

La ruptura con la extrema derecha de Vox rompe también con el discurso que ha mantenido la izquierda de acusar a Feijóo de pactar con la ultraderecha. Veremos ahora también que posición adopta el PSOE y Pedro Sánchez y si es capaz de romper con la extrema izquierda y tender la mano al PP.