"Mi padre se ha ido haciendo lo que más le gustaba. Es el consuelo que nos queda". José Enrique recordaba ayer a su padre -fallecido el domingo por la mañana mientra navegaba con su pequeña embarcación frente Alboraia- como un apasionado de la mar. "Desde pequeño lo recuerdo saliendo a navegar cada domingo, y ahora tengo 50 años, así que imagínate el tiempo que llevaba. El mar era su vida".

Ayer seguía varada en la orilla de Port Saplaya Lorena 1, la "mallorquina" a motor propiedad de José Dénia, un sastre jubilado de 76 años y vecino de la calle Islas Canarias de Valencia. Salvador, un viejo trabajador del puerto y como José, asiduo a la marina de Alboraia, miraba la pequeña barca y se preguntaba por qué el hombre había decidido salir con el fuerte oleaje que había el domingo.

"Parece ser que hace un tiempo se le empapó toda la documentación y estuvo dos meses sin poder salir -explicaba un amigo-. Le dieron la documentación nueva esta semana y debía tener unas ganas tremendas de navegar".

José salió el domingo por la mañana en su "mallorquina" con la intención de pescar. Según relataba ayer su hijo, el accidente tuvo lugar cuando intentaba entrar en la bocana del puerto deportivo. "Era muy metódico, siempre hacía la misma maniobra. Cuando había mar de fondo contaba las olas, se esperaba a que pasaran las viudas, y hacía la maniobra. No sé que es lo que ha fallado esta vez".

Al parecer, una ola embistió con tanta fuerza la barca que la hizo volcar, dejando a José atrapado. Cuando unos surfistas vieron lo ocurrido, fueron a rescatarle y, aunque lo sacaron del agua con vida, murió minutos después frente al apartamento al que cada verano desde hace 2o años acudía con su esposa. En 1998 se apuntó como socio al Club Náutico Port Saplaya pero se dio de baja en 2006. Aún así, mantenía su amarre.

Antes, según relataba su hijo, José había tenido otro apartamento en el Perelló, y allí compró Lorena I a un amigo. "También tuvo un catamarán, y sabía navegar igual a vela que a motor. A pesar de que ya tenía 76 años, siempre que podía salir con la barca, lo hacía. Navegar le subía la adrenalina. Mi padre era un campeón".