La Fiscalía resuelve la investigación penal sobre molestias de un chiringuito de la playa de Gandia

Un residente próximo al establecimiento de la arena denunció reiterados incumplimientos de horario y exceso de ruido

El chiringuito de la playa de Gandia objeto de la polémica.

El chiringuito de la playa de Gandia objeto de la polémica. / Levante-EMV

Sergi Sapena

La Fiscalía Provincial de València ha archivado la denuncia de un vecino de la playa de Gandia por molestias generadas en un chiringuito de la arena y la supuesta inacción del Ayuntamiento de esta ciudad a la hora de poner coto a los incumplimientos del horario de cierre y la celebración de fiestas con música con un nivel sonoro que excedía el legalmente permitido. Los hechos se remontan al verano pasado.

La Fiscalía, que abrió un procedimiento de investigación penal, ratifica el archivo anterior al no apreciar que el comportamiento del Ayuntamiento de Gandia suponga la comisión de un delito contra el medio ambiente por contaminación acústica.

De hecho, el propio ayuntamiento, tras las quejas del vecino afectado, ordenó al titular del chiringuito, situado en extremo norte de la playa gandiense, que cesara tota actividad no contemplada en el pliego de condiciones de funcionamiento del local y que limitara el volumen de la música.

De la misma manera, y a requerimiento del denunciante, el Gobierno de Gandia optó por relevar en su puesto al supervisor del contrato de los chiringuitos de la playa una vez que se había hecho público que mantenía una relación de amistad con algunos de los empresarios adjudicatarios y que incluso lo difundían a través de sus redes sociales.

El archivo de este procedimiento penal ha sido asumido por los vecinos afectados y denunciantes, que descartan recurrir la resolución, lo que supone el cierre definitivo de las investigaciones.

En una nota remitida a este periódico, señalan que su denuncia no pretendía perjudicar a nadie, sino que "lo único que pretendemos es que el chiringuito 10 no nos perturbe con conciertos con grupos musicales y con clases de zumba todos los días en doble sesión, que como ha quedado suficientemente probado exceda los niveles de ruido, vulnerando la actual legislación en materia acústica y vibraciones, desnaturalizando la licencia de funcionamiento de un quiosco de playa".

Además, reclaman no tener que abandonar sus terrazas "para huir del pum, pum, plas" que, según señalan, emitía el chiringuito "con incesantes clases de zumba con altavoces a todo tren".

"A los vecinos lo único que nos importa es que nos molesten con conciertos musicales en la arena que perturban el normal disfrute marítimo terrestre, alterando muy significativamente la naturaleza de un quiosco de playa que emite música excediendo de los límites permitidos", concluyen los afectados en su comunicado.

sd