El Circuit Ricardo Tormo volverá a registrar hoy un lleno absoluto con motivo del Gran Premio de la Comunitat Valenciana de Motociclismo. Con las entradas agotadas para las últimas tres carreras del Mundial, el éxito de público está garantizado un año más con una previsión de más de 100.000 espectadores en las gradas. La fortuna de que dos títulos hayan llegado sin dueño a la conclusión del campeonato, especialmente el de la categoría reina de MotoGP, ha contribuido a la fiesta que está siendo Cheste desde el viernes. De los grandes eventos deportivos organizados en la Comunitat Valenciana, el de las motos es el de mayor reconocimiento social, ya que se trata de una prueba con arraigo y tradición, sostenible, racional y con un escaparate mediático de primer nivel. La carrera le cuesta a las arcas públicas cerca de seis millones de euros, nada que ver con las estratosféricas cifras que se manejaban de la Fórmula 1. La venta de entradas no cubre los gastos, pero el impacto económico, cifrado en unos cuarenta millones por la Generalitat Valenciana, justifica esta apuesta, pese a que las cifras del estudio nunca han venido acompañadas por informes detallados. La organización del GP, con sus anteriores gestores y ahora con Gonzalo Gobert al frente, ha desarrollado una correcta gestión en las quince ediciones del evento. Superados los problemas en los accesos de las primeras temporadas, este año el Circuit Ricardo Tormo ha demostrado su madurez con un GP plenamente asentado en el calendario. Si la Generalitat sigue cumpliendo con el promotor del campeonato, Dorna, la carrera parece garantizada. Ni siquiera se cuestiona ya la idoneidad de que la prueba de Cheste baje el telón del Mundial, pese a que muchos años los campeonatos se deciden antes de esta carrera.