La absolución de Francisco Camps en el caso de los trajes ha marcado un antes y un después en la denominada «responsabilidad política» de quienes trabajan en la cosa pública. Tras la imputación de Rafael Blasco, el presidente Fabra declaraba ayer: «Las personas sometidas a procesos judiciales no van a tener responsabilidades políticas». Se refería el jefe del Ejecutivo valenciano a que no desempeñarán tareas jerárquicas dentro del PP, que acumula diez diputados imputados. Uno se pregunta si la responsabilidad política de un diputado o un alcalde no es suficiente para ser depurada, en vista de que el máximo responsable de los populares valencianos la condiciona a que éstos ejerzan, además, un carguillo organizativo interno. Si la representación emana de los ciudadanos y se canaliza a través de los partidos, que confeccionan las listas electorales con sus afiliados, su responsabilidad es ante aquéllos. ¿Se tienen que ir si son imputados? La respuesta la dio el jurado de Camps. Los partidos prefieren ahora pensar que pueden ser absueltos.