Hay que estar muy fuera de la realidad para expulsar a un estudiante durante cuatro días del instituto de Almassora por haber realizado una foto de sus compañeros cubiertos con mantas por el frío que pasan en el aula por falta de calefacción. La directora, según ha contado el chaval, le comentó que la expulsión era por difundir la foto fuera del centro sin permiso del claustro. ¡Pues lleva clara la directora la era de las redes sociales en los móviles! De un lado, resulta absolutamente injusto y desproporcionado expulsar a un joven por tomar una foto y colgarla en su página personal cuando la imagen denuncia una anomalía del instituto, como es que por culpa de los impagos del Consell no hay para pagar la calefacción. De otro lado, el secuestro del espacio público por parte de funcionarios o vigilantes de seguridad alternativos es absolutamente asfixiante. Hay quien debería aprender a abrir las ventanas para poder disfrutar de la libertad que se respira con el aire.