El primer incendio forestal de la temporada ha calcinado 1.500 hectáreas en Benicolet dos semanas antes de la puesta en marcha del dispositivo especial previsto por la Conselleria de Gobernació para Semana Santa. Sin embargo, de acuerdo con la denuncia formulada ayer por los sindicatos, el ajuste previsto de tres cuartas partes del presupuesto implicará, entre otros recortes, el del 70% en el número de personas dedicadas a la vigilancia preventiva y a la primera actuación contra el fuego. De hecho, en el incendio de este fin de semana estaban disponibles hasta 24 aeronaves, entre las propias y las procedentes de otras comunidades autónomas, pero la aparente escasez de personal terrestre complicó las tareas de extinción.

Aunque no sólo. La falta de mantenimiento y limpieza de los montes durante la temporada de menos riesgo también contribuye a las dificultades en la lucha contra el fuego. Y en ese aspecto, según los ingenieros de montes, tampoco se hacen los deberes: a su juicio, el verdadero problema es la falta de una buena gestión forestal. A ello cabría añadir la falta de sensibilidad y educación cívica en la conservación del monte, y para ejemplo, el altercado producido este fin de semana en Torrent cuando unos excursionistas se enfrentaron a los agentes de policía que les exigían que apagaran un fuego por el riesgo extremo de incendio.

El verano entrante se anuncia especialmente seco y caluroso. Evitar que se traduzca en una oleada de fuego destructor exigirá las correspondientes inversiones y una tarea de concienciación. Los precedentes no han sido muy alentadores estos días.