Esteban Morcillo, catedrático de Farmacología, ha llegado a rector con los mismos votos que obtuvo hace ocho años su predecesor Francisco Tomás, catedrático de Química. No es, por tanto, nuevo el perfil «técnico» del profesor escogido para regir los designios de la Universitat de València que algunos han querido destacar a la hora de su elección, frente a otros predecesores de mayor militancia política. Morcillo ha sido vicerrector con Tomás, pero tampoco se puede acentuar el tono continuista que otros han querido ver de una forma negativa. Morcillo y su equipo van a introducir, sin duda, nuevas formas y fórmulas en la gestión de la Universitat de València, como ya se ha ido apuntado a lo largo de una campaña electoral en la que la intensidad y la participación generosa de los candidatos ha dado una imagen reconfortante de brío en la centenaria institución. El nuevo equipo tendrá que abordar las metas que se ha fijado con la internacionalización de esta institución, la implantación de las nuevas titulaciones, el famoso Campus de Excelencia Internacional, la búsqueda de fórmulas financieras o la siempre buscada «visibilidad» de su inmensa tarea. Pero, mientras eso llega, debemos quedarnos en la reseña del ejemplo que han dado los cuatro candidatos a lo largo de la campaña y de cómo se han comportado antes, durante y después de los resultados en su primera y segunda ronda. Todos han contribuido a enaltecer, fortalecer y rejuvenecer esta institución de origen medieval.