Mauricio Pellegrino aguardaba con impaciencia el momento de sentarse en un banquillo y empezar su primer gran proyecto. Tanto que a lo largo del último año ha estado trabajando junto a su cuadro técnico como si realmente ya dirigiesen a un equipo. El nuevo entrenador del Valencia ha valorado en ese tiempo todas las variables estratégicas, tácticas, técnicas y físicas que pueden acontecer a lo largo de una campaña.

Asimismo, ha seguido con especial interés al Valencia, club al que estuvo cerca de dirigir la pasada temporada, cuando sonó con más fuerza el posible despido de Unai Emery. Ese minucioso análisis le permite tener una opinión muy definida del estado actual del Valencia, de las virtudes y necesidades concretas de la plantilla, así como un juicio de cada uno de sus jugadores.

El grado de preparación es tal que desde el Valencia se asegura que Pellegrino podría coger el mando del equipo hoy mismo, sin necesidad de ninguna costosa adaptación, ni al equipo ni a un entorno que conoce sobradamente de su etapa como futbolista de Mestalla.

La llegada de Pellegrino propiciará también un cambio de estilo en el banquillo del Valencia. La personalidad seria y discreta del «Flaco» se asemeja a las maneras que ha impuesto Marcelo Bielsa en el Athletic Club, con ruedas de prensa sobrias, casi aburridas, y un lenguaje sencillo y claro, alejado del histrionismo gestual que ha sido uno de los factores que ha erosionado la figura de Unai Emery. Incluso, siguiendo el ejemplo de Pep Guardiola en el Barcelona, se baraja que incluso descarte realizar entrevistas personales.

Pellegrino no cesa de recibir mensajes que bendicen su llegada al Valencia. La última, la de Rafa Benítez, su entrenador en el Valencia y quien ha apadrinado su corta trayectoria técnica al darle la oportunidad de ser su asistente en el Liverpool y el Inter.

Benítez, en declaraciones al programa «La Taula Esportiva» de Ràdio 9, no duda de las cualidades de su discípulo: «A nivel técnico, táctico, de conocimientos, de ilusión, de entrega y de dedicación está preparado. Trabaja y analiza mucho, impondrá su carácter. Cada uno tiene su personalidad pero el carácter, las ganas y la ilusión serán un añadido». «Como futbolista nadie puede dudar de su valor y de su capacidad en la defensa. Me lo llevé al Liverpool como jugador y se quedó conmigo como ayudante. Primero como futbolista y luego como entrenador ha mostrado su su nivel», añadió.