Bien es cierto que la parcela cultural será una de las más afectadas por los recortes económicos aplicados por el Consell para 2013, pero dentro de esa gran isla es, sin duda, el área de libros, archivos y bibliotecas la que sufre una nueva y preocupante vuelta de tuerca.

Y es que las líneas inversoras han quedado casi reducidas a un mero gesto y, sobre todo, llama la atención que la Generalitat vaya a destinar en 2013 casi la misma cuantía prevista para pagar la asignación vitalicia vinculada hasta el pasado año a las distinciones al mérito cultural, que al incremento bibliográfico de bibliotecas y agencias de Lectura de la propia red de la Generalitat y a la adquisición de colecciones bibliográficas publicadas por editoriales valencianas.

Este año, las 18 personas que todavía perciben doce mil euros anuales por estar en posesión de la distinción al mérito cultural se repartirán 240.000 euros frente a los 300.000 asignados para la compra de libros para bibliotecas, o los 200.000 reservados para potenciar la distribución y comercialización de la producción de las editoriales valencianas, tanto en valenciano como en castellano.

La distinción al mérito cultural fue creada por la Generalitat como instrumento para complementar ingresos a intelectuales y personalidades valencianas que habían dedicado su vida a la Cultura y en dificultades económicas. Sin embargo, con la llegada del PP se cambió la línea y se optó por aumentar el número de premiados y modificar su significación. Así hasta que se optó en 2010 que los nuevos galardonados percibieran sólo 12.000 euros con motivo de la obtención del galardón pero no con carácter vitalicio.

En la actualidad perciben la asignación anual Santiago Grisolía, Manuel Valdés, Consuelo Reyna, Antoni Mestre, Joaquín Michavila, José Bernabé, Miquel Navarro, María Fernanda Gómez Conejos, Amparo Rivelles, Federico García Moliner, José Esteve Edo, María Luz Terrada, Vicente Luna, Francisco Brines, Ripollés, Alberto González Vergel, Nassio Bayarri y Manuel Silvestre.

Por contra, la Fundación Max Aub sólo recibirá en 2013, diez mil euros, apenas habrá 65.000 para mejorar las instalaciones y digitalización de archivos, otros 25.000 para abrir nuevas bibliotecas y centros de lectura y 12.000 para la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante. La única rehabilitación contemplada es la de la casa de Miguel Hernández dotada con 80.000 euros