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Se acabó de liar. Si hasta ahora eran acusaciones veladas, intrigas, enfrentamientos soterrados o acciones políticas de contención, la dimisión presentada ayer por Rafael Gil como comisario de la exposición 100x1000 valencianos no ha hecho sino convertir el proyecto de la Generalitat en una verdadera bomba de relojería con un alcance difícil de calcular y, sobre todo, poner en un brete el proyecto en sí.

Más aún, cuando Gil contaba con toda la confianza de la Conselleria de Cultura-la Secretaría Autonómica había apartado de su lado al coordinador del proyecto, Amador Griñó tras conocer la existencia de una serie de documentos comprometedores y haber sido reclamado por el propio Gil-y su trabajo estaba fuera de toda duda.

Gil, profesor de Historia del Arte y vicerrector de Cultura de la Universitat de Valencia, a cuyo frente ha desarrollado un trabajo muy bien valorado, enviaba ayer una carta el Secretario Autonómico de Cultura, Rafael Miró, en la que anunciaba el abandono definitivo del proyecto. Este hecho se producía justo un día después de que el que fuera también coordinador de la exposición, Amador Griñó, publicará en Levante-EMV un artículo contra Gil desacreditando su labor y aludiendo a cuestiones de carácter personal.

Sin embargo, este hecho provocaba también la aparición, en ciertos foros virtuales, de diversas denuncias anónimas cargadas de dinamita.

Fuentes próximas al entorno de Gil reconocían el malestar del vicerrector ante la pasividad de la Conselleria de Cultura que conocía de cerca el devenir de los acontecimientos.

Gil, según las mismas fuentes, alega en su carta que un proyecto no puede por sí solo poner en cuestión una trayectoria profesional vinculada al mundo académico y artístico y que, por tanto, dimitía por coherencia personal y profesional.

Según otras fuentes consultadas por este diario, Gil, ya había anunciado un día antes a la Secretaria Autonómica de Cultura su intención de dimitir sin que hubiera obtenido respuesta.

"Hasta ahora y después de más de un año de trabajo no ha cobrado un duro y no piensa cobrarlo. Esta situación no le compensa", añadieron las mismas fuentes. Gil evitó hacer declaraciones.

La disputa entre ambos comenzaba hace unos meses cuando Gil pidió a Miró que Griñó fuera apartado del proyecto alegando desencuentros profesionales entre ambos. Miró decidió entonces devolver a la Diputación de Valencia al hasta entonces coordinador internacional del Consorcio de Museos, adscrito desde hace años a la Conselleria de Cultura.

Fuentes del gabinete de la consellera de Cultura, Trini Miró, aseguraban ayer desconocer la dimisión de Gil y se trataba de una decisión irrevocable. Por su parte, el Secretario Autonómico de Cultura se encontraba ayer fuera de Valencia.

La exposición 100x100 valencianos comenzó a fraguarse hace más de un año como uno de los proyectos estrella de la Generalitat. Cuenta como un comité científico asesor. Su idea es presentar a una nueva generación de creadores valencianos que presentaron su obra de forma anónima.