No habían cerrado las visitas del todo ni tampoco se ha regresado a una situación previa a la de la tercera ola, pero los centros de salud van dando pequeños pasos de apertura y presencialidad con la reducción de casos y el inicio de la desescalada. Una todavía lenta recuperación de la presencialidad que se suma a la bajada de la necesidad de rastreo desde la Atención Primaria, lo que libera manos y tiempo de unas listas saturadas desde tiempos previos a las mascarillas y que la covid no ha hecho más que aumentarlas.

«Las consultas presenciales siempre han estado, pero sí que es verdad que la proporción de consultas presenciales puede haber aumentado, sobre todo el seguimiento de crónicos», explica el portavoz del Foro de Médicos de Atención Primaria, Nacho Domingo. Durante este tiempo, la orden desde Sanidad es que las consultas fueran preferentemente telefónicas para minimizar el riesgo, aunque el viaje al centro de salud seguía existiendo.

«Nunca ha dejado de estar», insiste Domingo en referencia a la presencialidad, «yo que trabajo en Pediatría he estado con revisión de los niños, cuando venían a Urgencias los seguíamos atendiendo en persona y Medicina Familiar lo hacía también presencialmente después de un triaje telefónico si creían que era necesario». Asimismo, recuerda que mientras tanto en los ambulatorios se siguen haciendo PCR y tests de antígenos así como el mencionado seguimiento de contactos estrechos.

Vuelve la normalidad

«Vuelve a haber presencialidad pero ni por asomo como antes, por defecto las citas son telefónicas y si se estima se hace presencial», indica Fernando Navarro, médico de familia del centro de salud de Malilla en València «Se está retomando la actividad más normal, en especial el seguimiento de la patología crónica», resume Jesús Gil, también médico de familia en un ambulatorio de la capital del Turia quien añade que sí que nota que se está recuperando la presencialidad en la última semana.

«Poco a poco, vamos poco a poco», aconseja uno de los coordinadores de Atención Primaria de un departamento de salud. Recuerda que actualmente la vacunación se está llevando a cabo principalmente por parte de los centros de salud y sus equipos sanitarios, bien en las propias instalaciones o bien con desplazamientos a domicilio, un hecho que les ocupa espacios, manos y tiempo. «Ahora mismo se está potenciación la vacunación, es la actuación estrella», incide.

La inmunización es la gran esperanza y, por lo tanto, una parte importante de los recursos van orientados a que su expansión entre la población sea lo más rápida posible siempre que se tengan vacunas. Así, la Atención Primaria continuará gozando de un papel fundamental en la inyección a partir de abril en la esperada vacunación masiva. En esta, la inmunización se sacará definitivamente de las instalaciones habituales de los centros de salud (los ayuntamientos están habilitando polideportivos o locales locales para esta tarea) para no interrumpir su actividad ordinaria, pero sí que seguirá dependiendo de su personal.

Por ello, desde la Atención Primaria el mensaje es el de «no bajar la guardia» en las próximas semanas pese a la mejora de la situación. Así, trasladan una cierta preocupación a una posible cuarta ola de la que ya alertan algunos expertos tras la desescalada. «Sobre nosotros siempre tenemos esa espada de Damocles de que cada vez que nos desconfinan viene un aumento de casos que en primer lugar tenemos que cubrir en Atención Primaria», expresan desde la coordinación de un departamento de salud.

La cepa británica representa uno de cada cinco casos valencianos

La variante británica B.1.1.7. se va abriendo paso en la Comunitat Valenciana. Su mayor capacidad contagiadora le está permitiendo ganar espacio y representar ya uno de cada casos en la Comunitat Valenciana según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad.

En concreto, un 19,7 % de las 452 muestras analizadas con la PCR específica para encontrar esta mutación ha dado positivo. Sin embargo, este porcentaje podría ser mayor ya que la semana de la que se tiene registro es la séptima del año (finales de febrero) y si se tiene en cuenta que esta variante cuenta con mayor capacidad de contagio no es extraño que haya ganado peso entre los contagios.

La Comunitat Valenciana no es la única con una presencia considerable de la variante descubierta en Reino Unido en otoño de 2020. En Asturias suponen un 64 % de los casos, en Cantabria un 61 % mientras que en Navarra un 58,5 %.

La variante británica y su capacidad contagiosa ha sido uno de los motivos esgrimidos por el Consell para mantener las precauciones en la desescalada y limitar la movilidad al máximo en Semana Santa. De hecho, comunidades vecinas como Murica y Cataluña tienen una incidencia mayor de esta cepa con un 34 y un 47 % de sus casos vinculados a la variante.

Un estudio publicado en la revista Science alerta que la variante británica «provocará grandes rebotes de casos» si no se establecen «medidas de control estrictas incluyendo el cierre limitado de las instituciones educativas».