Como casi todas las visitas a Bruselas, la del presidente Ximo Puig tiene que ver con los euros. El jefe del Consell tiene previsto presentar un proyecto de impulso de la rehabilitación de edificios y eficiencia energética para recabar fondos del plan Juncker, que canaliza ayudas aportadas por la Comisión y por el Banco Europeo de Inversiones. Pero, sobre todo, pretende que la comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, avale una propuesta del Consell para evitar que Ciudad de la Luz caiga en las garras de algún fondo buitre y, en consecuencia, la Generalitat sufra más pérdidas de las que ya acumula con el fiasco de crear un Hollywood valenciano. La UE es reacia a la opción que planteará la Generalitat de que Bruselas dé el plácet a una operación consistente en asumir la propiedad de los estudios como dación en pago a cuenta de los 265 milones que la ciudad del cine ha de devolver al Consell. Si la respuesta es no, se pedirá poder incrementar el precio de la segunda subasta para que no sea a precio de saldo.

En mayo de 2012, la Comisión Europea declaró ilegales las subvenciones públicas que se concedieron a la construcción de esos estudios, a través de Proyectos Temáticos (Sptcv), y al rodaje de películas y series al entender que atentaban contra la Competencia. En julio de 2014, el Tribunal General europeo ratificó la sentencia. El conflicto lo plantearon unos estudios británicos que denunciaron que se favoreció con dinero público a Ciudad de la Luz. Bruselas obligó a la venta para conseguir la devolución de las ayudas.

El pasado mes de julio quedó desierta la primera subasta, en la que el precio de salida se fijó en 94,4 millones. Al declararse desierta, la segunda subasta sale al 20% del valor, unos 19 millones. Desde el Consell apuntan que hay «buitres» a la espera de quedarse el complejo a precio de saldo. El Consell perdería, subrayan, otros 70 millones añadidos. El daño sería menor si se permite elevar el precio de salida de la segunda subasta.