El presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, destituyó ayer al director del área de Carreteras de la Diputación de Valencia, José Antonio Aranda, que ha ejercido estos años como mano derecha de Enrique Crespo, el vicepresidente y diputado de Carreteras dimitido hace cuatro meses por el escándalo del caso Emarsa. Aranda pasará a ocupar otra jefatura de servicio en el área de Medio Ambiente hasta que se jubile dentro de seis meses, según la diputación.

Oficialmente, es un movimiento interno para que el nuevo diputado de Carreteras, Isidro Prieto, pueda organizar su propio equipo técnico. Pero, según otras fuentes consultadas, el relevo supone un intento de desmarque de Rus respecto a la etapa de Crespo y las polémicas que generó el área de Carreteras por los continuos sobrecostes y su colisión reiterada con los servicios jurídicos. Entre los casos más polémicos figuran los accesos a Chulilla, unas obras adjudicadas a través de tres contratos a dedo cuando ya estaban acabadas e inauguradas, o el pago a una empresa -sin contrato adjudicado ni certificados de trabajos realizados- por mantener la rotonda del puente que une Manises y Paterna.

Aunque el puesto es de libre designación, la diputación ha sacado a concurso de méritos la jefatura de Carreteras. Sin embargo, según fuentes conocedoras del poceso, hay un nombre que se perfila como firme candidato al puesto, cuyo sueldo puede rondar los 100.000 euros anuales y que está reservado a funcionarios con titulación de Ingeniero de Caminos. Se trata de Enrique Belda, de 46 años y nacido en la Font de la Figuera, que es profesor asociado de Caminos en la Politécnica y hasta ahora subdirector general adjunto de Circulación de la DGT. Antes trabajó en el centro de gestión de tráfico del Ayuntamiento de Valencia.

Rosa Pérez Garijo, de EU, aplaudió el relevo y confió en que sea "el principio del fin del estilo Crespo", y Toni Gaspar, del PSPV, lamentó esta "secuela de la era Crespo".