Los grados universitarios que, aunque estén duplicados, sean demandados por los estudiantes se mantendrán y continuarán ofertando, según el compromiso manifestado ayer por la consellera de Educación, María José Català, en la reunión con los cinco rectores de los campus públicos de la Comunitat Valenciana.

El encuentro en Valencia para analizar el real decreto de ajustes en las universidades nada tuvo que ver con el plante de hace una semana de los máximos responsables académicos al ministro del ramo José Ignacio Wert. La reunión "ha sido muy cordial, como siempre", y "sustentado en el diálogo y el respeto mutuo" destacó el rector de la Politècnica, Juan Juliá, en nombre de sus homólogos: Esteban Morcillo, Vicent Climent, Jesús Tadeo e Ignacio Jiménez.

Juliá explicó, a su pesar, que el porcentaje medio de un 20 % en la subida de tasas académicas "es inamovible" en una comunidad con "un importante déficit fiscal".

Además, se mostró aliviado con la confirmación de que para el Consell "el Plan Plurianual de Financiación continúa siendo el elemento en el que se enmarcan las universidades y la garantía de sostenimiento de las mismas".

De la entrevista salió el compromiso de la consellera de que las tasas de matrícula de másteres oficiales no vinculados a profesiones reguladas tengan un precio único, en torno a los 2.500 euros, mientras que los que son imprescindibles para un trabajo tendrán un coste similar al de un grado.

Por su parte, Català informó de que "los alumnos procedentes de unidades familiares sin recursos económicos por causas sobrevenidas y que no han recibido beca del ministerio estarán exentos del pago de la matrícula universitaria".

La consellera se mostró satisfecha por la "actitud de diálogo" de los rectores y recordó que "esto no es una medida aplicada por una voluntad política sino por una necesidad que conlleva el momento".