Una semana después y con la cabeza más fría ¿Se arrepiente de algo?

Bueno... siempre cuando se hacen las cosas, uno piensa si ha sido positivo o negativo. El protagonista del congreso era el presidente y en un momento dado daba la impresión de que éramos otros los protagonistas. Y eso creo que no es positivo. Como conclusión pienso que lo que pasó fue más negativo que positivo.

Fabra obtuvo un 81% de apoyos. Teniendo en cuenta que otros presidentes no han bajado del 95 % ¿Cree que es un resultado pobre?

No ha sido por el presidente, sino por otras situaciones. Yo creo que la gente quiere al presidente, aunque en algún momento puede haber divergencias. Estamos en un partido democrático. Si hubiera ganado con el 99 % habrían dicho que era un congreso a la búlgara. Él sabe qué es lo que yo pienso, se lo comenté y ya está resuelto.

Un 18 % de los votos en blanco no llega ni a la mitad de compromisarios de Valencia. ¿Se siente derrotado?

No he hecho cálculos porque yo no me presentaba. No hice campaña en contra, la gente votó al presidente, no en contra de él. Insisto en que se dieron unas circunstancias que no eran positivas e intentamos ahora corregir esos errores.

¿Por qué Serafín Castellano no era para usted la mejor opción?

Pensaba que podía haber otras opciones, ninguna mía. Yo no propuse ninguna persona al presidente y tampoco tengo nada en contra de Serafín Castellano, en absoluto. Nos conocemos de muchos años, pero creo que si se quería renovación, podía haber habido otras personas. Ahora bien, en estos momentos ya hay un secretario general y nosotros tenemos que aceptarlo con toda tranquilidad y normalidad.

¿Usted ataca o se defiende?

Yo no ataco, normalmente, propongo. Propuestas que a veces se aceptan y otras no, y en base a eso estoy o no más contento. Yo no ataco, si ataco hago una rueda de prensa y digo lo que pienso.

¿Se siente traicionado por los suyos?

No, no. Han habido sorpresas. Hay que gente que puede pensar en un momento dado que lo que quiere es unión. Traición no ha habido.

¿Máximo Caturla seguirá llevando las cuentas de la diputación?

De momento, sí.

Y su teniente de alcalde, Vicente Parra, ¿seguirá siendo su teniente de alcalde en Xàtiva?

Sí, no habrá ningún problema. Es una persona de mi mayor confianza. Él optó por rehabilitarse por el problema que tuvo anteriormente [Camps lo apartó de la listas por la polémica del sms en el que criticaba al Consell].

¿Tendrá problemas en la diputación y en Xàtiva con estos fichajes?

No creo problemas, doy soluciones.

Si el presidente le llamara para ser conseller ¿Qué le diría?

Que no.

¿Tiene claro su futuro?

Sí, lo tengo muy claro.

¿Dónde se ve dentro de cuatro años?

No lo sé.

¿Dónde le gustaría estar?

No lo sé aún. Siempre que he estado en algún sitio ha sido por ilusión y entrega, nunca por estar. Tengo que estar ilusionado, pensar que la gente me lo reconoce y la gente te reconoce cuando te vota.

El pasado lunes anunció públicamente que optaba a la reelección para el congreso de Valencia. ¿Que ofrece Rus?

Continuidad sobre lo realizado. Hemos estado ocho años, hemos pasado de 30.000 afiliados a 55.000. Hemos recorrido todas las comarcas, hemos abierto el partido, la gente ha podido expresarse. He escuchado a todos y dentro de este esquema, la gente se ha volcado. Y vamos a seguir en esta línea.

Hay quien piensa que en el PPCV se ha abierto un nuevo ciclo y se ha cerrado otro y que dirigentes como usted o Rita Barberá son pasado.

La gente puede pensar lo que quiera, estamos en un partido abierto.

Entonces, ¿hay Rus para rato?

No lo sé, es la militancia quien lo tiene que decir. Yo mientras me encuentre con fuerzas estaré trabajando como lo hago habitualmente, gestionando, haciendo las cosas lo mejor posible e intentando aportar algo positivo al partido.

¿Y que me dice de Barberá?

Rita es un fenómeno. Ella estará hasta que quiera estar, tiene mucha vitalidad. De política sabe un rato, hay que respetarla porque ha sido y es un icono a nivel nacional. La gente que quiere retirar a las personas es porque es mediocre. Si hay gente ilusionada o con ganas se pueden presentar, pero retirar a gente es muy complicado, sobre todo, a valores como Rita Barberá.

¿Habrá lista alternativa?

No tengo ni idea. Si hay alguien que tiene ilusión, que se presente. Yo lo hice en su día y gané.

¿Tiene el respaldo del presidente Fabra y de la dirección regional para ser candidato?

Pienso que sí, aunque haya gente que a nivel subterráneo esté enviando mensajitos, pidiendo a la gente que espere para firmar mi candidatura. Ya veremos, pero el 90 % está respondiendo afirmativamente.

¿Ya tiene las firmas?

Se están recogiendo. Yo de eso no me preocupo, se encarga mi equipo que está trabajando en ello.

¿Qué le dijo el martes el presidente?

Quiere que el partido esté unido, que no haya problemas, porque ya hay bastantes. La gente no entiende nuestros conflictos. Si tenemos tantos problemas, que no creemos más. Eso se entiende y lo debemos cumplir.

¿Los puentes entre usted y Serafín Castellano están tendidos o rotos?

Por mi parte, están tendidos. Ellos dicen que también, pero se verá.

Castellano apuesta por la renovación en las tres direcciones provinciales.

La renovación la tengo que proponer yo, no me la tiene que proponer nadie. Yo trabajo con un equipo con el que tengo que tener confianza y creo en la experiencia y en la renovación.

¿Seguirá contando con Vicente Betoret como número dos?

Sí, por supuesto.

Con el XIII Congreso Regional se cerró el conflicto interno en Alicante y se abrió en Valencia. ¿Está de acuerdo con la frase?

No. Aquí no habrá conflicto porque no se quiere tener conflicto. Eso que en Alicante no habrá conflicto... no lo sé. Por sentido común estaremos todos con el presidente, otra cosa es que discrepemos de una decisión, que, creo, no ha sido afortunada. Hay que entender que ha sido así, pero no hay nadie que diga que eso ha sido bueno.

¿Peleará su candidatura?

Claro que voy a pelear. A mí me tendrá que decir alguien por qué no tengo que ser yo. Yo no soy la renovación, soy la gestión, la apertura del partido. Mi equipo y yo trabajamos cuatro años, no quince días antes de elecciones. Si alguien dice que nos ha ido mal, que lo diga. Aquí no se amedrenta a nadie, ni se obliga a nadie. El que quiera que me vote y el que no, que no me vote. No tengo ningún problema; el día que lo tenga ya no habrá liderazgo, seré uno más.

¿Le han pedido que se retire?

No, este partido es democrático. Si me lo dijeran me llevaría una desilusión. Si alguien quiere prescindir de mí, primero me lo tendrá que explicar y luego lo tendrá que pelear.

¿A qué porcentaje de apoyo aspira el 14 de julio?

Con que tenga mayoría es suficiente. Y cuanta más mejor porque significará avalar una gestión. Yo confío siempre en las personas. Este proyecto se debe liderar con transparencia, trabajo e ilusión, como se ha hecho siempre.

¿Encajará con deportividad el voto en blanco?

Sí, claro, como dice el dicho «Fer com fan no es pecat».

¿Se considera un hombre de partido?

Soy más un político de calle. Al partido lo tengo que respetar, hay cosas que me gustan y cosas que no. Y cuando no me gustan siempre hablo donde tengo que hablar, nunca en los medios. Lo digo en un comité ejecutivo. Yo siempre digo lo que pienso, lo que no quiere decir que siempre tenga razón.

En un comité ejecutivo se quejó de la falta de peso en Madrid del PPCV. ¿Qué opina del plantón de Génova y del Gobierno en el congreso?

Yo lo que reivindico es más financiación. Lo que hay que pedir a Madrid es que nos respeten, que atiendan nuestras necesidades. Antes cuando gobernaba el PSOE pedíamos en cada encuentro, en cada mitin, y decíamos que estábamos desfavorecidos. Si antes lo pedíamos, ahora aún más porque gobiernan los nuestros.

Después de abrirse el sumario del escándalo de las ayudas al Tercer Mundo y de saberse lo que se sabe ¿Sigue defendiendo al síndic Rafael Blasco?

Una conversación por teléfono no es nada.

¿Blasco debería dimitir si lo imputan?

Una imputación es simplemente que puedas ir a defenderte. Otra cosa es que haya un juicio y que digan: usted es culpable. Mientras no se demuestre lo contrario o no lo diga un juez creo en la inocencia de las personas y, sobre todo, en la de Rafael Blasco.

Enrique Crespo, uno de sus vicepresidentes, tuvo que dimitir por el escándalo de los lodos ¿Qué opina de este caso?

Él no pudo aguantar más por su familia y porque no quería hacer daño al partido. Un año saliendo en prensa tantas cosas y él no sabía nada, quería defenderse sin ataduras, con toda tranquilidad. El tiempo dirá quién tiene razón. Ahora ya puede hablar y decir lo que le de la gana.

En el PP, a algunos imputados les obligan a dimitir, y a otros, como Carlos Fabra, reciben abrazos ¿Doble vara de medir?

Los altos cargos de la Generalitat dependen de Alberto Fabra y él los puede destituir. Lo que no puede es destituir a un presidente de la diputación ni a un diputado. Puede decirles que se vayan. Fabra, donde ha podido hacer, lo ha hecho y no le ha temblado el pulso.

Con tantos casos de corrupción concentrados en la Comunitat Valenciana ¿Entiende el descrédito de los políticos?

Sí, la culpa es nuestra. La gente está harta porque lo que quiere es tener un puesto de trabajo y que los políticos sean honrados, eficaces y gestores. A nivel de imagen, hay un desgaste continuo: culpa de los que gobiernan y de los que no están gobernando. La gente que no tiene trabajo, que no puede pagar la hipoteca, que tiene a sus hijos en paro... esa gente mira la prensa un día y dice: ‘¿Y a estos los he votado yo? ¿Estos gestionan mi dinero?’ El crédito se demuestra día a día, creando puestos de trabajo, pagando a la gente y siendo honesto.

Fabra admitió en Alicante que se habían cometido errores.

Cuando un político acepta errores es un gran político. Decir que todo está bien sería poner parches. Ahora se habla de la Comunitat Valenciana como si fuera la peste, tenemos que cambiar el mensaje y el presidente lo está consiguiendo.

¿Se ha despilfarrado, han sobrado torres de Calatrava y grandes proyectos?

Eso conllevaba un motor económico. Cuando uno invierte es para algo. Nosotros tenemos las infraestructuras; otras comunidades no las tienen y no tienen liquidez para hacerlas. Además, hemos ayudado a muchos empresarios que querían que se licitaran esas obras.

La diputación tiene sus cuentas saneadas. ¿Cuál es su fórmula?

Nos hemos adelantado tres años. Hemos gastado lo que hemos tenido y no más. Hemos invertido, hemos gestionado bien, somos la triple A a nivel financiero, pagamos a 45 días. Gozamos de buena salud dentro de la precariedad porque los ingresos han caído un 34 % y hemos mantenido la estructura de gastos.