El Plan de Reequilibrio de la Generalitat aprobado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera ofrece un retrato financiero de la Generalitat muy cercano al de un enfermo terminal. A finales de 2011, la situación de la hacienda valenciana era tan agónica, debido al cierre de los mercados de deuda y a la absoluta falta de liquidez, que la cifra de impagados se disparó en el Consell. El Ejecutivo autonómico cerró ese ejercicio con la friolera de 5.379 millones de gastos pendientes de pago —cerca de un billón de las antiguas pesetas o casi medio presupuesto autonómico—, incluyendo aquellos para los que en principio había cobertura presupuestaria y las facturas en los cajones. Pero además, al margen de esa cifra, había otros 1.157 millones de gasto sanitario de años anteriores refinanciado a través de los bancos para abonarlo en varias anualidades. Otra hipoteca para presupuestos futuros. De computarse, la cifra global se elevaría a 6.537 millones de gasto por pagar.

De los 5.379 millones impagados, 3.133 eran deudores presupuestarios y otros 2.246, gasto desplazado, básicamente de Sanidad, incluyendo 1.842 millones de facturas en los cajones, según revela el Plan de Reequilibrio. Respecto a la cuenta presupuestaria, al cierre de 2011 el Ejecutivo había reconocido obligaciones por 15.029 millones pero sólo había podido afrontar pagos por 11.895. La diferencia, los citados 3.133 millones, quedaron sin pagar. A esta cantidad hay que sumar los 1.842,35 millones de gasto sin consignación presupuestaria que se ha decidido aflorar ahora para incluirlos en el Plan de Pago a Proveedores del Gobierno a través de créditos ICO y otros 403,8 de gastos desplazados al futuro.

La Generalitat ha remitido al ministerio gastos impagados por 4.069 millones —entre ellos, los 1.842 millones de facturas en los cajones— para poder atenderlos con los créditos ICO. Ahora bien, de este importe, 1.237 millones, según informó el Consell, correspondían al sector público, lo que significa que la operación liberará un volumen de impagados por 2.800 millones. Esto significa que, hasta los 5.379 millones que había al cierre de 2011, todavía quedaban por afrontar prácticamente el doble.

La losa de impagados presupuestarios —los. 3.133 millones— se disparó un 42% respecto al año anterior (cuando quedaron pendientes de abonar 2.203 millones) y hasta un 52% con respecto a 2009 (2.053 millones). Pero aún es mayor el incremento si se tiene en cuenta el gasto desplazado —una subida del 144%—, si bien hay que tener en cuenta que al menos respecto a los 1.842 millones de facturas en los cajones no todas corresponden a 2011, sino únicamente 861 millones, y el resto, a ejercicios anteriores.

La documentación económica incluida en el Plan de Reequilibrio muestra cómo en 2011, pese a estar ya entonces sometido a un plan de viabilidad y a la exigencia de ceñirse a un límite de déficit del 1,3% del PIB valenciano, la Generalitat siguió gastando sin apenas freno. En concreto, las obligaciones reconocidas al cierre de 2010 sumaron 15.288 millones, con lo que un año después sólo se había disminuido el gasto en 258 millones, hasta los citados 15.029 millones al finalizar 2011. En cuanto a los pagos, en 2010 se desembolsaron 13.084 millones, 1.189 más que al finalizar 2011.

Desplome de los ingresos

En cambio, los ingresos no financieros (sin contar las emisiones de deuda) se desplomaron en tres años: 13.695 millones en 2009; 12.363, en 2010; y 11.211 en 2011. Por otra parte, el Plan de Pago a los Proveedores ha dado oxígeno al Consell pero disparará la factura financiera. Tal como revela el Plan de Reequilibrio —aprobado en el Consejo de Política Fiscal del pasado 17 de mayo—, el Consell pagará este año 147 millones en intereses, equivalentes a medio año, ya que los fondos comenzarán a disponerse se a partir del 1 de julio. En 2013 la factura se elevará a 294 millones en costes financieros y otros tantos en 2014, por los 4.069 millones financiados. Sale a un tipo del 7,22%. El desembolso se explica por los dos años de carencia del principal. Sin embargo, ya a partir de 2014 se amortizarán 254 millones, lo que supondrá la paulatina reducción de los intereses.

«La morosidad ha creado desempleo»

«Los impagos crean paro», se lamentó ayer el diputado del PSPV en las Corts Julián López. Mientras el Consell subraya que el Plan de Pago a Proveedores a través de créditos ICO generará 14.000 empleos, López le dio la vuelta: En realidad, fruto de la morosidad del Ejecutivo, «se han destruido miles de puestos de trabajo». «El plan de pago a proveedores del Estado —explicó— ha obligado al Consell a aflorar centenares de millones en facturas que nunca fueron computadas como gasto y que nunca se consideraron en el déficit». Según dijo, el Consell «no lo ha hecho por transparencia, sino por obligación; de lo contrario no habría podido incluir esas facturas en el plan». Además, agregó, «al hacerlo, ha puesto de manifiesto el verdadero nivel de los impagos del Consell: a los más de 3.000 millones que ya conocíamos por la ejecución del presupuesto hay entre 2.000 y 3.000 millones adicionales derivados del reconocimiento del gasto asociado a las facturas afloradas». «Miles de millones —censuró— que han faltado en la economía valenciana». López recalcó que, para colmo, el mecanismo financiero que ha puesto en marcha el Estado «no supone ningún regalo: no es más que una forma de sustituir deuda comercial por deuda financiera, y conlleva un coste de 294 millones anuales en intereses». El doble, dijo, de lo que se dedica a la política industrial y a la promoción del turismo. j. g. g. valencia