La utilización de punteros láser de larga distancia para molestar a los aviones que realizan la maniobra de aterrizaje no es una práctica exclusiva de Valencia y Alicante, donde la Guardia Civil investiga hechos de este tipo desde hace dos años, como reveló ayer Levante-EMV. En Rusia el fenómeno ha llegado a convertirse en un tema de estado que se debate en la Duma, mientras que en EE UU, el Fiscal Federal solicita cinco años de prisión para un hombre que señaló a varias aeronaves en el aeropuerto de Orlando, en Florida.

El ordenamiento español no contempla esta práctica como un delito aunque sus posibles consecuencias sí que podrían plantear serios problemas para estos vándalos. El deslumbramiento de un piloto o la afección sobre los dispositivos electrónicos pueden causar una catástrofe. En Valencia los hechos se produjeron al paso de los aviones por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en pleno proceso de aterrizaje.

Durante 2011, en EE UU se notificaron 3.592 casos de este tipo, un 26 % más que el año anterior. Hay 28 personas encausada y el presidente Barack Obama ha modificado la ley de navegación para incluir sanciones por apuntar a aviones con punteros láser.

Peligrosos para la visión

La Sociedad Oftalmológica de la Comunidad Valenciana (SOCV) advirtió ayer de que el uso de determinados tipos de productos que emiten luz láser puede ser perjudicial para la visión, "causando daños irreversibles en la retina". En los últimos tiempos se ha generalizado la adquisición de punteros láser de gran potencia a pesar de que su comercialización está restringida por ley a usos profesionales, explicaron desde la SOCV. No obstante, estos productos se pueden encontrar fácilmente en internet, donde no se informa al usuario de la peligrosidad que entraña su utilización.

La luz láser se clasifica en cuatro clases siendo la tipo 1 la de menor potencia mientras que la clase 4 es peligrosa y puede conllevar pérdida de visión, por lo que su uso precisa extrema precaución. El umbral de peligrosidad del haz láser se sitúa en 5 MW, y todos los productos que exceden esta potencia pueden provocar graves lesiones.

La legislación española especifica que "los productos que utilizan láser de las clases 3A, 3B y 4 pueden representar riesgo no solamente para el usuario, sino para otras personas, aunque estén a distancia considerable, por lo que deben ser usados únicamente por personas con formación adecuada. En productos láser de la clase 2 se han de tomar precauciones para evitar la visión continua directa del haz". Los punteros láser de clase igual o superior a tipo 3 no se pueden comercializar gratuitamente, excepto los concebidos para usos profesionales específicos, como la astronomía.