El retrato de la familia media valenciana escenifica un hogar con padre y madre con edades en la cuarentena y dos hijos a su cargo, uno en los albores de la etapa universitaria y otro en una escalón educativo anterior. Así lo avalan las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) que sitúan la tasa de natalidad de la Comunitat en los primeros seis meses del ejercicio 2012 en 1,40 niños por matrimonio y en 41 años la edad de la madre —por 39 la del padre—. Desde hace varios años, las parejas se casan más tarde y son padres pronto, ya que su decisión está mucho más meditada.

Ambos progenitores trabajan por cuenta ajena, cuentan con una renta de tipo «medio» —inferior a 60.000 euros— y comparten una hipoteca de más de 20 años. Y sufren cada día los embates de una cruda crisis económica que ya dura cuatro años. Una familia media valenciana durante el año 2012 tendrá que rascarse más los bolsillos que en ejercicios anteriores, cuando lleguen que los ajustes aprobados por los gobiernos central y autonómico. Las subidas impositivas causarán en cada hogar un gasto añadido de 1.682 euros. Vayamos por partes.

La aplicación del llamado «céntimo sanitario» en el tramo autonómico de los hidrocarburos centra una de las vertientes de este dispendio extra. La gasolina de la Comunitat Valenciana ya estaba gravada en 0,12 céntimos el litro y la última subida de la Generalitat engordó el impuesto hasta los 0,48 céntimos, fijando los precios más caros de España. Teniendo en cuenta un consumo medio de siete litros cada 100 kilómetros, un recorrido anual de 15.000 kilómetros conllevaría una aportación extra de 378 euros. Las cifras varían según el tamaño de los vehículos y la distancia cubierta. Alberto Fabra prometió un retorno del impuesto a los transportistas profesionales. Nada dijo del ciudadano de a pié.

Créditos más duros

Otro de los grandes capítulos procede de las hipotecas. La revisión de los créditos con el último tipo del euribor conlleva un desembolso medio de 360 euros. Este es el caso de los valencianos que ya cuentan con préstamo. La situación de los que solicitan la hipoteca por primera vez aún es más dura: los intereses son más elevados, se obliga a la contratación de seguros y hace falta aval.

Los incrementos en las hipotecas y el precio de la gasolina lastran desde hace años a las economías domésticas. Ahora, nuevas sendas se abren en el horizonte. El aumento de las tasas universitarias se puede convertir en un verdadero obstáculo. Las previsiones hablan de un encarecimiento mínimo de 540 euros en las matrículas en la C. Valenciana. Todo un desembolso a afrontar por parte de una familia media.

El resto de gastos causados por los ajustes podrían englobarse en un grupo de menor cuantía, que baila en la horquilla entre los 42 y los 63 euros. La subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) causada por el «catastrazo» de Mariano Rajoy afecta al 80 % de los municipios valencianos y se delimita en un incremento medio de 42 euros al año. Los aumentos del gas y el agua se traducen en un pago extra de 55 euros al año, por 63 euros las constantes subidas de la luz. El reciente copago farmacéutico causará un gasto anual de 62 euros, ya que la aportación pasará del 40 % al 50 %. El último capítulo tiene al Impuesto sobre la Renta de la Personas Físicas (IRPF) como protagonista, englobando un dispendio de 60 euros por persona. Estos últimos dos tipos causan una aportación doble dentro de los hogares, ya que son incrementos a sufragar de forma individual por ambos progenitores.

En un contexto económico con nóminas cercenadas —pocos hablan ya de «mileuristas»— los ajustes causan un gasto de 1.682 euros. Y puede que todo acabe de empezar, ya que Rajoy anunció reformas «amplias».

1.400 euros al mes por un imprevisto «grave»

El alcance de los ajustes de las administraciones en las economías domésticas de la Comunitat Valenciana se convierte en un lastre para el día a día. Pero, aún podría ser mucho peor.

En un país que roza los 5 millones de parados, cualquier imprevisto «carga« las cuentas de los hogares, ya castigadas por excesos de años de bonanza. Así, un informe publicado en diciembre del año pasado por la fundación Mapfre cuantifica en 1.400 euros la suma que necesitarían las familias valencianas para cubrir sus gastos básicos —comida, electricidad, agua, hipoteca, etc— ante un grave imprevisto que afecte sus ingresos actuales.

Así, una situación de invalidez, el desempleo o el fallecimiento de alguno de los miembros del hogar que aporta un sueldo a casa podría complicar aún más la situación en los hogares valencianos. Cualquier participación es clave y toda resta causaría pérdidas que quizá no podrían cubrirse.

Los ciudadanos que participaron en la encuesta coordinada por la fundación Mapfre reconocen que tener pérdidas económicas «importantes» es una de sus principales preocupaciones, solamente superada por la posibilidad de la merca de salud en algún miembro de su familia.

A su vez, el 84% de los valencianos que participaron en el documento consideraron que no se sentían bien protegidos ante un imprevisto grave. A pesar de la crudeza de los datos —que atestiguan una realidad difícil de digerir— el 26% de los residentes en la C. Valenciana reconocieron no estar tomando ninguna medida de ahorro en medio de la actual crisis. La cifra avala que 1 de cada 4 valencianos no piensa en el futuro, quizá porque ya tiene bastante en sacar adelante la economía familiar en un contexto tan difícil como el actual.