El presidente Alberto Fabra evidenció ayer que por muy agradecido que pueda sentirse hacia su antecesor, no está dispuesto a que nadie le mueva la silla. " Camps dimitió libremente y a conciencia y desde luego ahora también es consciente de su situación actual", subrayó Fabra, para quien tanto Camps como Costa debería tomarse un periodo de descanso.

Fabra rodeó su comparecencia de toda solemnidad convocando a los periodistas en el patio gótico del Palau de la Generalitat desde donde, en solitario, hizo una declaración para después someterse a las preguntas de los periodistas. Aunque su intervención inicial se centró en dar cariño a Camps y a Costa y a exigir a la oposición que pidiera perdón, la comparecencia devino en un interrogatorio sobre el futuro del expresidente. "Tendrá que contestar él", indicó Fabra cuando se le preguntó sobre los planes de Camps. Eso sí, marcando territorio. "No sabemos que opina, ni que quiere el señor Camps", llegó a admitir para acto seguido añadir: "Yo creo que lo que debe querer es descansar y quitarse la presión de todos estos años".

Fabra no ocultó tampoco que su relación con su antecesor dista mucho de ser estrecha. Confesó que no había hablado ni se había reunido con él, aunque tras conocerse el fallo le había "transmitido" un abrazo. También mencionó contactos con Génova, aunque no aclaró su contenido.

Fabra, que en varias ocasiones remarcó su condición de presidente de la Generalitat, manifestó que la "rehabilitación" de Camps se había producido con el veredicto de no culpabilidad. "Que nadie busque nada más", apostilló. Es más, Fabra aludió también al "sentido común" que, según manifestó, siempre ha acompañado al expresidente. Añadió que hay tiempo para preguntar a los dos "qué quieren" y "buscar la mejor solución" y descartó una reunión del partido para abordar este asunto. Horas después, Ricardo Costa, entraba al Palau de la Generalitat para reunirse en privado con Fabra.

Por otro lado, se mostró duro con la oposición, a la que instó a pedir "perdón" por utilizar este proceso para verter "insidias" sobre el PP y la C. Valenciana. Advirtió que en política "no vale todo" y que "oposición no significa destrucción", por lo que instó al PSPV a "dar la cara". Y lamentó que en este proceso "no haya sido posible" salvaguardar la imagen de las instituciones.