El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, dejó ayer atónito a su propio partido con una auténtica revolución en el Gobierno valenciano al apartar a todos los pesos pesados, borrar cualquier vestigio de implicación en casos de corrupción —sólo él permanece imputado en la causa de los trajes— y fichar a técnicos para completar un Consell con diez miembros. De la escabechina sólo se salvan Paula Sánchez de León, que se convierte en la única vicepresidenta y posible delfín de CampsPaula Sánchez de León, y Maritina Hernández y Serafín Castellano, quienes mantienen sus conselleries reforzadas con más competencias.

Camps compareció pasadas las 20 horas en el Palau de la Generalitat para dar a conocer un Ejecutivo que nada tiene que ver con el que le ha acompañado en los últimos cuatro años: siete consellers nuevos y diez bajas. Ninguno de los tres vicepresidentes ha sobrevivido al terremoto. Con Juan Cotino ya en la presidencia de las Corts, el jefe del Consell ha decidido prescindir también de Gerardo Camps y Vicente Rambla. La salida del primero era esperada. Pese a su valía, el responsable de Economía había sido muy cuestionado desde el sector empresarial por sus reiteradas ausencias. Hace cuatro años, Camps trató de reubicarlo en una conselleria de menor peso, pero finalmente cedió ante su amigo. Ayer no le tembló el pulso.

Sobre las tres de la tarde se desplazó en coche oficial hasta la Conselleria de Economía y Hacienda para comunicarle personalmente que no seguiría en el Ejecutivo. Durante su comparecencia ante la prensa, Camps situó la carrera política del exconseller en Madrid. La vuelta a la política nacional siempre ha estado en la mente del ex responsable de Economía. De hecho, es posible que ocupe ya uno de los puestos del PP de senador territorial.

El sustituto de Gerardo Camps al frente del presupuesto será el hasta ahora número dos de la conselleria, José Manuel Vela. La defenestración de Vicente Rambla, llamado a ser el hombre fuerte de su nuevo Consell, tiene otra lectura. Su implicación en la causa de la financiación irregular del PPCV ha segado su carrera política tras doce años en la administración. Según algunas fuentes, Camps había sido advertido por Génova de que estaba obligado a limpiar su Ejecutivo para evitar que los escándalos erosionaran la imagen de Rajoy.

El presidente también comunicó a Rambla que no contaría con él. De hecho, este gesto se repitió con todos los excluidos. Según algunas fuentes, incluso llamó al Palau de la Generalitat a Ricardo Costa para supuestamente explicarle los motivos por los que no cumpliría con su promesa de hacerle conseller. Esta escena no fue confirmada ayer por Presidencia.

En el nuevo Consell no estarán tampoco ni Rafael Blasco, que a su pesar se queda sólo como síndic en las Corts, ni el hasta ahora conseller de Sanidad, Manuel Cervera, quien quería cambiar de destino en el Ejecutivo y su encaje en otro departamento no ha sido factible. «Todos se lo han tomado muy bien», comentó Camps al ser preguntado por los periodistas por los defenestrados, entre los que también están Trinidad Miró y Belén Juste.

Frente al Consell del pasado, Camps encara su tercer mandato con un Ejecutivo muy distinto, más técnico y con mucho menos peso político. De un lado, Camps ha echado mano de profesionales, la mayoría de ellos provenientes del segundo escalón, para hacer frente a una legislatura complicada marcada por los ajustes en el gasto. También ha habido premios en clave interna —el ascenso de José Ciscar a la primera línea por su labor frente al ripollismo y la cuota de Castelló de Isabel Bonig— y fichajes personales, como el de la directora de Canal 9, Lola Johnson, con el que el presidente guarda una relación de amistad.

Nueva organigrama

El nuevo organigrama está conformado por diez conselleries. Presidencia, con Sánchez de León a la cabeza, absorbe las competencias de Solidaridad y Ciudadanía, que desparece. El área de Gerardo Camps se trocea en tres: Economía, que conforma junto con Industria y Comercio una conselleria centrada en la macroeconomía y que cuenta con el fichaje estrella de Enrique Verdeguer; actual director del ICEX; Hacienda y Administraciones Públicas (con Vela al frente); y la anunciada Conselleria de Educación y Formación y Empleo que dirigirá el vicesecretario general del PP, José Ciscar.

En Sanidad coge el testigo el secretario autonómico Luis Rosado y en el nuevo departamento de Justicia y Bienestar Social, el también secretario autonomico y exfiscal de Alicante, Jorge Cabré. Por su parte, Bonig dirigirá la macroconselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente; mientras que la nueva Conselleria de Turismo, Cultura y Deporte queda en manos de Johnson, que será además la nueva portavoz del Consell.

Anuncia que piensa optar en 2015

El jefe del Consell dejó claro ayer que en su horizonte está no sólo culminar la legislatura, sino incluso intentar un cuarto mandato. «Si la vida y la salud me acompañan, mi idea es terminar estos cuatro años y si el partido lo cree conveniente, y la sociedad sigue creyendo en mí, seguiré presentándome a las siguientes elecciones autonómicas», aseguró Camps durante la rueda de prensa.

«Como tantas veces he dicho, ahora y antes de ahora, mi principio y mi fin es la Comunitat Valenciana», subrayó. «Si hubiese hecho un gobierno con los mismos miembros de la anterior legislatura, a lo mejor hubieran pensado que es un gobierno para no culminar la legislatura», justificó el presidente. «Aquí lo que continúa es el gobierno presidido por mí», dijo que Insistió en que su apuesta era la renovación y la austeridad. Camps rechazó pronunciarse sobre las cuestiones sobre Gürtel.