Centenares de personas pidieron ayer en Valencia el cierre "inmediato" de la central nuclear de Cofrentes en una manifestación que se esperaba multitudinaria. "Creemos que será la más grande de los últimos años", indicó José Juan Sanchís, portavoz de la plataforma Tanquem Cofrents, convocante del acto de protesta. De hecho, a la cita acudieron representantes y miembros de una treintena de organizaciones ecologistas de la Comunitat. Según la organización, hasta 10.000 voces gritaron ayer por la clausura de la central de Cofrentes. Pero la Policía Local rebajó la cifra hasta solo 700 personas.

La marcha, que partió desde la plaza San Agustín y recorrió varias calles del centro de la ciudad hasta llegar a la Delegación del Gobierno, en la calle Colón, estuvo encabezada por miembros de la plataforma y colectivos contrarios a la instalación del cementerio de Zarra.

"Un 77% de españoles rechaza la energía nuclear según las últimas encuestas, no se está teniendo en cuenta la opinión pública mayoritaria", dijo Natxo Serra, de Tanquem Confrents. Según manifestó, "todas las mentiras de la energía nuclear están cayendo, sabemos que es altamente pelgrosa y todo lo que se decía de su seguridad ha quedado ampliamente desacreditado por lo ocurrido en Japón".

Serra recordó que, junto con Greenpeace, presentaron un informe que acreditaba hasta 103 incidencias de seguridad en los últimos años en la central valenciana, además de 25 paradas no programadas y 6 prealertas de emergencias.

El portavoz de la plataforma recordó que la de Cofrentes es una instalación similar a la de Fukushima. "Cofrentes, junto con Garoña (Burgos) deben ser cerradas porque son las que tienen los mayores historiales de incidencias".

Por su parte, José Juan Sanchis, explicó el rechazo de la plataforma al almacén de residuos que la localidad valenciana de Zarra podría albergar. "Forman parte de la misma industria. Ahora mismo los residuos están en las centrales almacenados en piscinas. Todo lo que sea sacarlos y hacer sitio facilita que sigan funcionando las centrales", apuntó.

Recuerdo a Japón

La manifestación también tuvo su momento de recuerdo y apoyo a los afectados por el tsunami y la alerta nuclear de Japón. El portavoz de Ecologistes en Acció, Luis Cerrillo, señaló que entre los objetivos de la marcha está la muestra de solidaridad del pueblo valenciano hacia los afectados de Japón, en la región de Fukushima, un incidente que, a su juicio, ha vuelto a poner de manifiesto "los riesgos asociados a la energía nuclear".

Finalmente, desde Greenpeace se insistió en que el objetivo fue el de reclamar al Gobierno central el "cierre inmediato" de la central nuclear de Cofrentes y de Garoña. Según destacaron, la central acumula en lo que va de año tres sucesos de seguridad notificables, de acuerdo a los datos del Consejo de Seguridad (CSN).

"El test de estrés debe ser independiente"

La plataforma Tanquem Cofrents rechazó ayer que el examen de seguridad que tiene que pasar la central lo realice el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y pidió que sea un organismo independiente quien lo efectúa. "No podemos creer en un control hecho por un organismo como el Consejo de Seguridad, este test debe ser hecho por un organismo independiente y no alguién tan ligado al loby nuclear", dijo ayer Natxo Serra, portavoz del colectivo. Serra aseguró que el CSN "ya ha ocultado informes en otras ocasiones y, por ello, no nos ofrece ningún tipo de garantías".

Cabe recordar que recientemente el Gobierno prorrogó a diez años la vida de la central de Cofrentes. Tras lo ocurrido en Japón, el Ejecutivo manifestó que todas las instalaciones deberían pasar un detallado examen de seguridad.

Según indicaron, la de Cofrentes sería la primera en ser sometida a la inspección. Sin embargo, ayer todos los colectivos exigieron el cierre cuanto antes de la instalación nuclear.